Casi 800 aficionados cartageneros acompañaron al Efesé en La Condomina. Se dejaron notar desde tres cuartos de hora antes del inicio del choque. Se desgañitaron por los suyos desde el calentamiento, aprovechando su cercanía. Fueron más ruidodos, hasta que encajaron el 1-0 en el ecuador de la primera mitad.
El resto del partido fue una tortura para ellos, con algún leve aplauso al colegiado Ripoll Solano cuando les pitó algo a favor. En la segunda mitad el tedio se apoderó de los 4.000 presentes en el estadio. La grada local estuvo más tranquila que de costumbre y ni siquiera entró al trapo ante algunos gritos contra Murcia de parte de los visitantes. En los últimos minutos, pese al 3-0, los cartageneros no pararon de cantar.
Los ánimos estallaron al final, cuando Ripoll Solano señaló el túnel. Los gritos contra la directiva cartagenera comenzaron a sonar ante el aplauso de los jugadores del Cartagena, que se acercaron a agradecer y, a la vez, compartir su sufrimiento con los aficionados desplazados.
Esta vez fueron unánimes contra Florentino Manzano, con gritos contra el diseñador de un plantel que no ha conseguido el objetivo de estar arriba y cuyo rendimiento está lastrado por los impagos y los problemas en el palco. Fue la cara amarga de la derrota del peor Cartagena que se recuerda en la última década.
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