Más de un centenar de aficionados alemanes presenciaron in situ el encuentro. Un grupo de ultras del Hansa abusaron de las bengalas, hasta tal punto que el capitán del equipo tuvo que ir a pedirles calma.
Los seguidores del Hansa Rostock se dejaron notar en La Manga Club. Desde el inicio se concentraron bengalas en la zona que ocuparon los numerosos aficionados ultras del equipo alemán. De hecho, llegaron a retrasar el inicio de la segunda mitad e interrumpieron el normal desarrollo del juego por el lanzamiento de diferentes artefactos al campo. Además, el árbitro sacó del terreno un palo de cerca de un metro de largo lanzado por los hinchas alemanes.
En este momento tuvo que acercarse el capitán del conjunto alemán, instado por su entrenador, a la zona que ocupaban los ultras para pedirles calma y poder terminar normalmente el partido. No hubo enfrentamientos entre seguidores de los diferentes equipos, pero sí que un alemán salió herido en la cabeza por un golpe con otro aficionado visitante y tuvo que ser atendido por los servicios médicos.
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