Con la Curva Nord sucede algo maravilloso, y es que ha transcendido a su propia creación. Las gentes que acuden a la bandeja sur son chavales provenientes de todos los sustratos sociales posibles, la mayoría estudiantes, casi todos ajenos a los roles y las obligaciones de un mundo tan reaccionario como el ultra; que lo único que quieren es ir animar a su equipo, no hacerle la campaña electoral a España 2000 ni clamar contra la opresión policial de un estado corrupto. Y la maravilla reside ahí, en las mentes limpias y sanas de sus componentes mayoritarios. Por eso cuando hablamos de la Curva lo hacemos mal, porque deberíamos hablar de quienes la quieren ensuciar con sus actitudes. Nos referimos a ese núcleo que intenta imponer sus tesis por el uso del amedrentamiento una vez se han dado cuenta de que ya no están en la esquina, entre correligionarios deseosos de seguir al líder inquebrantablemente.
Pero el principal error es ver esto como una lucha por cuestiones de adhesiones ante el estamento del club. Aquí hay rencillas, claro, pero llegan desde latitudes distintas. El VCF se inmiscuyó, y mucho, en evitar que la CN10 cayera en manos de quien no debía, y aquello dejó secuelas que este curso, el inmediato al afer, están encontrando en cada roce la oportunidad de salir a flote para reprocharse cosas mutuamente. Tampoco es que la actitud del club esté resultando la más correcta. Jamás debió haber rehusado a la vía del dialogo y del entente para limar asperezas y asentar puntos de encuentro. A pesar de todo, la CN10 cuenta entre sus dirigentes con gente amb trellat y con voluntad de convivir en paz. No atender manos tendidas siempre me pareció de necios. Ni siquiera es comprensible que se les deje plantados en un acto, y se les cierren las puertas 'para no aparecer junto a ultras', y luego, se envíen a jugadores a inaugurar peñas vinculadas al GAV.
Sigamos con más ambigüedades, que hay para todos. Pretenden vendernos, en una clara intención de tirar a dar, que se entienden perseguidos porque no apoyaron a Salvo en el proceso de venta. Vale, como grupo, oficialmente jamás se posicionaron. Pero claro, cualquiera que siguiera durante el verano las manifestaciones populares se los encontraba a todos allí, (algún dirigente inclusoanunciándolo en alguna radio el día anterior) formando parte del griterío. Por no hablar de las asambleas cartulineras, donde ocuparon una esquina entera de la tribuna participando, en un momento dado, de cánticos contra cierto periodista anti-Salvo. Todo ello a título individual. Como lo de esa vieja guardia con tremebundo pasado, que se nos vende con un 'no son socios de CN10, y están desvinculados' pero que los ves allí puestos, con la policía haciéndoles marcajes al hombre y usándose de los mismos para engrosar la lista de quejas oficiales.
Se sienten perseguidos porque el club usa excusas inventadas para no dejarles colgar pancartas. Pancartas de grupos que hace un año anunciaron su desaparición y que a los dos meses proclamaban su vuelta a la actividad. Hola, ¿qué tal? Pancarta retirada que el propio afectado se encargó de difundir en redes sociales que no era para tanto. Pancartas que ellos mismos se quejaron de que en Eibar la policía les impidió colgar la de la Curva. Incluso si viajas a estadios ajenos, encontramos que todos los grupos incluidos en la lista negra elaborada por la LFP se están revelando ante lo mismo. La única diferencia es que aquellos gritan "Tebas hijo de..." durante los partidos.
Pretenden vendernos que los Yomus ya no son lo que eran, pero se van a A Coruña y se graban en vídeo peleándose con los Riazor Blues; o a Vallecas, a amenazarse con los del Rayo. Y para completar la vía pacifica, dejando constancia de ella, se pasan el día en twitter arremetiendo contra todo aquel que no les baila el agua. Aunque la mayor de todas las ambigüedades la redactó el club el otro día. ¿Si existe tal identificación de miembros violentos por qué nunca se actuó? Si lo están, ¿por qué mezclaros con la mayoría pacifica con tan malas artes?
Probablemente leyendo esto se estén poniendo como se ponen los demás cuando Los Manolos emprenden la valenciología; pero queridos, si queréis internacionalizar el conflicto, corréis el riesgo de que os opinen encima tipos tan absurdos como yo.
Cualquier observador mínimamente avispado se habrá dado cuenta de que estamos siempre apuntando a los mismos. Lo triste no es eso, sino la extraña postura del 'somos todos uno', lo cual implica aceptarlo todo como propio. La Curva sabrá dónde fija los límites de sus tragaderas, pero está corriendo el riesgo de perder todo aquello que supo ganarse. Mestalla ya les ha reprendido en dos ocasiones esa actitud de anteponer sus intereses a los del equipo, de pretender convertirse en tema de estado; e incluso entre sus filas van escuchándose cada vez más las voces discordantes ante estas posturas. Tíos, ¿no veis que desde fuera no se os entiende?
Sí, la Curva es lo mejor que le pasó a Mestalla en mucho tiempo. En ciertos aspectos erigida incluso en ejemplo; hasta resultó toda una innovación en el panorama futbolero local. Por ello alguien debería coger por la oreja a ambas partes y obligarlas a sentarse en una mesa. De hacerlo, el VCF descubriría que hablando obtendría más y mejores resultados que boicoteando. Actitud que a la larga no hará más que enconar las posturas y acabar destrozando todo lo bueno que existe en esa grada; regalándoles de paso la razón, y eso comporta influencia, a esos que nadie se atreve nunca a mencionar pero que siempre están ahí.
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