La Comisión de Control, Ética y Disciplina de la UEFA acordó ayer imponer una multa de 30.000 euros al Barcelona por la masiva presencia de banderas independentistas y de cánticos de ese signo, durante la final de la Liga de Campeones ante la Juventus de Turín, que se disputó el 6 de junio en el Olímpico de Berlín.
A finales del pasado mes, el organismo continental abrió un expediente a la entidad catalana y, después de estudiar los informes solicitados, ahora ha emitido un dictamen.
El club azulgrana se enfrentaba a una multa económica que podría alcanzar los 60.000 euros o, incluso, el cierre de alguna zona parcial del Camp Nou en un próximo partido de la Liga de Campeones algo que, finalmente, no será así.
Según precisó la UEFA en su sentencia, el artículo 16 del Código de Disciplina establece que «asociaciones y clubes son responsables del comportamiento inapropiado de parte de sus aficionados y pueden ser objeto de medidas disciplinarias y directivas, aunque puedan demostrar que no hubo negligencias en la organización del partido». Se castiga el «uso de palabras u objetos para transmitir cualquier mensaje que no encaje con el deporte, concretamente políticos, ideológicos, religiosos, ofensivos o provocativos».
El Barcelona presentó alegaciones y mostró su sorpresa porque el informe presentado ante la UEFA fue elaborado con las informaciones recogidas por la transmisión a través de la televisión y no de manera presencial. Dicho escrito estaba firmado por la abogada ucraniana Anna Bordiugova, que forma parte del equipo de inspectores de la comisión disciplinaria del ente.
En cambio, en el informe del delegado de la UEFA en aquel encuentro, el holandés Harry M. Been, se destacaba el «excelente comportamiento» de los aficionados de la escuadra catalana; así como que en la grada que ocuparon los hinchas ‘culés’ no se utilizaron artefactos de pirotecnia y los cánticos de su afición «no fueron discriminatorios».
A pesar de la multa, la entidad ha salido bien parada, pues el organismo consideró que las banderas independentistas son simplemente «banners inapropiados», que, en ningún caso, han sido relacionados con manifestaciones políticas, racistas o xenófobas. Cabe recordar que, en los días previos al choque, la Asamblea Nacional Catalana realizó una campaña para inundar las gradas de esteladas durante el choque. Además, unos días antes, el 30 de mayo, los aficionados barcelonistas protagonizaron una monumental pitada al himno nacional durante la final de la Copa del Rey.
La UEFA también ha sido contundente en otras ocasiones en las que se ha vulnerado el ‘fair play’. El Real Madrid fue sancionado por la presencia de banderas de carácter político y gritos racistas durante un duelo de la Champions de la temporada 2013-2014.
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