De forma paradójica, cuando el fútbol vive un momento formidable de expansión mediática, no corren buenos tiempos para acudir a un estadio. El auge de la oferta televisiva devora a pasos agigantados la afluencia de los aficionados, dejando a su paso el reverdecimiento exprés del cemento de las gradas. A pesar de este difícil contexto, la competición española, motivada por las circunstancias, se ha visto obligada a imponer una serie de medidas que repercutirán más si cabe en el corazón de un público que siempre se ha caracterizado por la fidelidad a sus respectivos equipos en cualquier condición y situación.
La muerte de Francisco Javier Romero Taboada «Jimmy», de 43 años, miembro de los «Los Suaves», la sección más dura de los Riazor Blues, mientras participaba el pasado mes de noviembre en una multitudinaria y salvaje reyerta frente a los ultras del Atlético de Madrid supuso el detonante de una batería de reacciones para atajar la violencia en torno al deporte rey, que llega ahora bajo el yugo de extremas (y controvertidas) medidas que empezarán a aplicarse a partir de la temporada que viene.
Aunque por razones obvias (la trágica pelea tuvo lugar a escasos 800 metros del Vicente Calderón) uno de los equipos que más está en el punto de mira es el propio club rojiblanco, desde su oficina de atención al socio insisten en que las órdenes no parten desde dentro de la institución. «Es una nueva normativa de la Liga Profesional de Fútbol (LFP) que también se implantará en otros estadios con gradas de animación».
Pero vayamos por partes, ¿cuáles son las imposiciones de la discordia? El Atlético ha enviado a todos los miembros de la Grada de Animación un e-mail, y un mensaje de texto, recordándoles que deben acudir a la oficina habilitada a tal efecto (junto a las taquillas del fondo norte), «para actualizar y registrar sus datos personales necesarios, así como para tomar su huella dactilar y realizarse una fotografía». Y es que, en el curso 2015-16, el acceso a las zonas o gradas de animación de todos los estadios se realizará mediante identificación biométrica.
Conviene recordar que en el caso del cuadro colchonero, la Grada de Animación se ubica en el fondo sur, y dentro de ella, hay un sector que compone el Frente Atlético. Un grupo ultra que días después de saltar a la palestra tras la manida batalla, fue dado de baja como peña oficial del Atlético, quedando a partir de ese momento cortada cualquier relación con el club. Al menos, eso pregonaba el comunicado oficial difundido a través de su página web.
La realidad, sin embargo, dicta que las nuevas medidas van encaminadas a asfixiar a los radicales que aún resisten utilizando el método de la disuasión colectiva: si no tienes intención de provocar incidentes dentro del recinto, no te importará que tus datos queden registrados desde antes incluso de acudir al primer partido de la campaña. Desde el Atlético explican que «la información aportada va a parar a un fichero interno» y más allá de polémicas, argumentan los nuevos preceptos en una muestra clara de que «las tecnologías avanzan».
Pero no todo es oro lo que reluce. Desde dentro de la Grada de Animación no son pocas las voces que elevan el tono para expresar su indignación ante lo que consideran una injusticia. Carlos, un joven de 26 años, no duda en criticar lo que a su juicio considera una situación «desproporcionada e injustificable». «Somos gente corriente que va a ver el fútbol y a animar a al Atlético desde que comienza el partido hasta el pitido final. Tenemos que hacernos una foto en los próximos días, y presentar el DNI o de lo contrario no podremos acceder a la grada. Cuando haya partido, debemos presentar el abono, el DNI, tenemos que poner nuestra huella dactilar y por si fuera poco hay una cámara que nos hará un reconocimiento facial», relata.
Cuestionado por la manida violencia en el fútbol, otro integrante duda que estas imposiciones vayan a solucionar de raíz el problema. «Es curioso. Si comparas las reyertas que hay cada fin de semana en una ciudad como Madrid, la violencia en el fútbol es ínfima, y ojo que no la justifico. Si dos quieren quedar para pegarse, en vez de en las inmediaciones del estadio lo harán a quince kilómetros». Una situación que a expensas de ver si funcionará o no, por ahora, ha provocado que un porcentaje de hinchas abonados a esa grada se hayan dado de baja o cambiado de ubicación. «La gente quiere ver el partido tranquilo, sin tener que estar esperando media hora esperando cacheos desmedidos o tratos vejatorios como el que han sufrido muchos aficionados».
Otro de los puntos calientes reside en la imposibilidad de adquirir entradas para ver un partido en la Grada de Animación. Desde el Atlético explican que no se van a poner localidades a la venta en esa zona, a pesar de que en Champions League y Copa del Rey no se vaya a cubrir todo el aforo con abonos (hasta la fecha, en Liga, todos los asientos sí están ocupados). «Si mi amigo quiere venir a ver un partido y no puede acceder a esta parte de la grada, ¿qué hace? ¿Ver el partido solo en cualquier sitio del Calderón? Recuerdo una respuesta de Gil Marín a cierto periodista en la que decía que en esa grada el 99 por ciento era gente sana y a los pocos días cambia de idea. Porque venga alguien no abonado no va a pasar nada. Las personas que pisan el fondo sur cada domingo quieren lo mejor para su equipo», concluye Carlos.
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