La Federación inglesa (FA, por sus siglas en inglés) ha sancionado al West Ham United con 100.000 libras (113.000 euros) por los incidentes ocurridos la temporada pasada ante el Burnley, cuando varios aficionados invadieron el campo como protesta ante la derrota de los 'Hammers'. El pasado 10 de marzo de 2018, en el encuentro ante el Burnley que acabó con victoria de los 'Clarets' por 0-3, tras el tanto inicial de Ashley Barnes, un seguidor local saltó al terreno de juego y fue expulsado a golpes por Mark Noble, capitán del West Ham.
Tras la reanudación del juego, el delantero neozelandés Chris Wood marcó el segundo de los visitantes, lo que desató la ira de la afición, que comenzó a hacer cánticos hacia los dueños del club, David Sullivan y David Gold. Con el tercer y definitivo tanto, el partido fue detenido después de que varios aficionados más saltaran también al terreno de juego, mientras que la grada se giró hacia el palco y empezó a increpar a los mandatarios.
La propia seguridad del estadio tuvo que llevarse a los directivos, antes del pitido final, para evitar que la situación fuera a mayores, ya que centenares de aficionados se agolparon enfrente del palco increpando a los responsables del equipo. Estos incidentes ocurrieron en un momento en el que los 'Hammers' eran décimo séptimos en la clasificación, solo dos puntos por encima de la zona de descenso. La situación del West Ham esta temporada es mejor y se sitúan décimos en la tabla de la Premier League.
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