Unos 2.000 aficionados apoyan al Valencia CF de Marcelino en la primera sesión de entrenamiento del año, a solo tres días de un partido vital como el que el equipo disputará el sábado en Vitoria frente al Alavés.
El aforo del Antonio Puchades se ha quedado pequeño, antes de las siete de la tarde ya se habían cubierto las 1.700 localidades de asiento en la grada y todavía quedaban aficionados haciendo cola en las puertas. Al final, son alrededor de cien los que no han podido acceder y protestan con gritos de "¡fuera, fuera!".
El club había advertido a través de su página web que el acceso sería rigurosamente por orden de llegada y que por motivos de seguridad no se podría rebasar el aforo del estadio de la ciudad deportiva. Aun así, antes de comenzar el entrenamiento se habilitaron algunas zonas para que más aficionados pudieran seguir la sesión de pie.
Empleados del club han tratado de contentar a los aficionados que se quedaron fuera permitiendo la entrada de pequeños grupos para ver el entrenamiento durante algunos minutos, con la intención de que pudieran acabar entrando todos de manera escalonada.
El Valencia CF, en previsión de que pudieran asistir muchos aficionados en este día festivo de Año Nuevo, estudió llevar esta sesión de entrenamiento a Mestalla, donde nadie se habría quedado fuera. Sin embargo, no lo ha hecho posible el hecho de que el césped está siendo sometido a un tratamiento desde el último partido disputado frente al Huesca.
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