Unos 300 aficionados rojinegros se juntaron este lunes, 28 de enero, en la Plaça Prim y bajaron hasta la Plaça Mercadal en comitiva para protestar contra la sanción de tres años sin fútbol profesional que ha sufrido el club
La manifestación se gestó de improvisto en las redes sociales. Fue a primera hora de la tarde ayer, tiempo después de que el juez dictara sentencia sobre el presente y el futuro del CF Reus. Tres años de expulsión del fútbol profesional. El enfado del gentío resultó memorable. La indignación creció cuando a las 20.00 horras, unos 300 adeptos se agolparon en la Plaça Prim con dos objetivos de nombres y apellidos; Joan Oliver y Javier Tebas. El expropietario rojinegro y el actual presidente de LaLiga.
«Som i serem, mai morirem», así retumbaban las gargantas de un público de todas las edades, de niños a incluso ancianos con algún gorro del Reus. También aparecieron atuendos de Estados Unidos por la esperanza que los hinchas han depositado en los nuevos propietarios del club.
«Oliver muérete», fue la dedicatoria hacia el anterior jefe, desaparecido de la escena rojinegra justo cuando el club se encuentra en la diana. Moribundo por su nefasta gestión. Recuerdos amenazantes para Tebas también se dejaron notar en una noche triste y reivindicativa. «No estamos muertos aún. Queda el recurso y lucharemos hasta el final», decían los más optimistas. En los gritos del grupo de animación
«Redblacks» se iniciaban todos los cánticos. Ellos fueron los encargados de animar y pedir protesta por las redes. Hubo más respuesta. La Plaça Mercadal, justo enfrente del Ayuntamiento, despidió a una manifestación repleta de sentimiento, de esa gente que no se juega nada en ello, sólo su amor por el club de su ciudad. La gente que siente al Reus de verdad.
Incluso los más atrevidos pidieron llenar el Estadi este próximo sábado, a la hora del partido que el Reus debía disputar ante el Elche, como homenaje al club y a sus empleados.
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