El partido entre el Athletic Club y el FC Barcelona ha contado con un excelente ambiente. Ya desde antes del encuentro las calles de Bilbao estaban repletas de aficionados de ambos equipos. Ya dentro del feudo rojiblanco se registró un nuevo récord de asistencia desde que fue inaugurado en 2013. 49.154 espectadores estuvieron presentes en las gradas de La Catedral para animar a los suyos ante los culés.
La cifra alcanzada hoy supera los 49.095 espectadores que se registraron en el partido de liga que enfrentó al Athletic con el Real Madrid el 18 de marzo de 2017.
Hace unos días el Athletic comunicó que se había vendido todas las localidades disponibles, por lo que los huecos que se ha visto en las gradas hasta completar los 53.000 asientos de aforo correspondían a una parte de la zona visitante, a los socios que no han acudido al partido y a butacas de la área VIP.
Este número queda un poco lejos de la mayor asistencia registrada en 'La Catedral' en un evento deportivo. Fue el 12 de mayo de 2018, cuando 52.282 aficionados vieron en directo la final de la Champions Cup de rugby entre el Leinster y el Racing 92.
San Mamés abrió la fiesta y ésta concluyó a horas diferentes en distintos pueblos y localidades. Bilbao fue el epicentro de una noche jotera para los más afortunados, pero no hubo rincón de Euskadi con hinchas rojiblancos en los que no hubiera festejo tras haber alcanzado la ronda de semifinales. El servicio de Metro, extendido con el habitual cuentagotas para la ocasión, hizo que el traslado a casa tuviera un marcado carácter de celebración.
La noche se alargó en bares y pubs. Hubo movimiento en los parkings que rodean el estadio hasta bien entrada la madrugada. El viernes en el que se conocerá el emparejamiento de semifinal (12 y 13 de febrero la ida y 4 y 5 de marzo la vuelta) se inicia con sensación de éxito.La fiesta de San Mamés, en muchos casos, terminó de la misma manera. Son cientos los aficionados que entraron en el viernes reservando hoteles o apartamentos en Sevilla y alrededores para la final del 18 de abril. Eliminar al Barcelona ha reventado la caja de la ilusión. Y como la inercia lleva siempre al último peldaño la previsión de viajes no ha hecho más que comenzar.
El anhelo de volver a disputar una final, y hacerlo contra un rival distinto a un Barcelona que ha sido freno y verdugo las tres últimas ocasiones que los leones jugaron por el titulo, pasará por salir adelante en la semifinal que cruzará al Athletic con Real Sociedad, Granada o Mirandés. Los futbolistas se cuidaron de elegir rival porque mencionarlo es como llamar a las puertas del diablo.
Eso sí, todos coincidieron en que "todavía no hemos hecho nada. Nos queda lo más difícil".El triunfo ante el conjunto azulgrana, que tuvo a toda la plantilla rojiblanca sobre el césped al término del partido, saludando y agradeciendo el apoyo a los aficionados, dejó imágenes que resumen la intensidad de los cuartos de final. Y Unai Simón se llevó el premio a la celebración más curiosa. El guardameta dejó su portería y se volvió a la grada para abrazarse con los aficionados de las primeras filas. Cuando el árbitro pitó el final del encuentro regresó a la zona para cerrar otro abrazo con los recogepelotas, todos jugadores de las categorías inferiores del club.
San Mamés abrió la fiesta y ésta concluyó a horas diferentes en distintos pueblos y localidades. Bilbao fue el epicentro de una noche jotera para los más afortunados, pero no hubo rincón de Euskadi con hinchas rojiblancos en los que no hubiera festejo tras haber alcanzado la ronda de semifinales. El servicio de Metro, extendido con el habitual cuentagotas para la ocasión, hizo que el traslado a casa tuviera un marcado carácter de celebración.
La noche se alargó en bares y pubs. Hubo movimiento en los parkings que rodean el estadio hasta bien entrada la madrugada. El viernes en el que se conocerá el emparejamiento de semifinal (12 y 13 de febrero la ida y 4 y 5 de marzo la vuelta) se inicia con sensación de éxito.La fiesta de San Mamés, en muchos casos, terminó de la misma manera. Son cientos los aficionados que entraron en el viernes reservando hoteles o apartamentos en Sevilla y alrededores para la final del 18 de abril. Eliminar al Barcelona ha reventado la caja de la ilusión. Y como la inercia lleva siempre al último peldaño la previsión de viajes no ha hecho más que comenzar.
El anhelo de volver a disputar una final, y hacerlo contra un rival distinto a un Barcelona que ha sido freno y verdugo las tres últimas ocasiones que los leones jugaron por el titulo, pasará por salir adelante en la semifinal que cruzará al Athletic con Real Sociedad, Granada o Mirandés. Los futbolistas se cuidaron de elegir rival porque mencionarlo es como llamar a las puertas del diablo.
Eso sí, todos coincidieron en que "todavía no hemos hecho nada. Nos queda lo más difícil".El triunfo ante el conjunto azulgrana, que tuvo a toda la plantilla rojiblanca sobre el césped al término del partido, saludando y agradeciendo el apoyo a los aficionados, dejó imágenes que resumen la intensidad de los cuartos de final. Y Unai Simón se llevó el premio a la celebración más curiosa. El guardameta dejó su portería y se volvió a la grada para abrazarse con los aficionados de las primeras filas. Cuando el árbitro pitó el final del encuentro regresó a la zona para cerrar otro abrazo con los recogepelotas, todos jugadores de las categorías inferiores del club.
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