Ni en los entrenamientos a puerta cerrada, ni en jornadas festivas. Está claro que el Racing no consigue encontrar la paz ni siquiera con motivo del día de Todos los Santos. Un nuevo episodio se sumó a la larga lista de acontecimientos desagradables que envuelven la actualidad de la entidad verdiblanca. Ayer, un grupo de aficionados increpó e insultó a los jugadores y a Fabri durante la sesión matinal que tuvo lugar sobre el terreno de juego de los Campos de Sport. Posteriormente, fueron identificados por policías de paisano y, ahora, el club se plantea denunciarles ante la Comisión Antiviolencia.
Minutos antes de las once de la mañana de ayer, un grupo de nueve seguidores del Racing se acercó a una de las esquinas del estadio de El Sardinero, en concreto, la del área noreste y más cercana al centro de salud. Las rejas de los portones que dan acceso al césped permiten curiosear y seguir, en cierta medida, lo que sucede al otro lado. Aunque el entrenamiento estaba programado a puerta cerrada, esta circunstancia permitió a los aficionados presentes, algunos de ellos miembros de la peña Juventudes Verdiblancas, empezar a increpar a los jugadores de la primera plantilla y al entrenador al grito de 'mercenarios' y 'Fabri vete ya'.
En un momento determinado, y atendiendo a la versión que compartió uno de los nueve implicados en su cuenta de Twitter, el propio técnico lucense se acercó al córner más cercano a la zona donde se encontraban para -siempre según los aficionados- «saltar, hacer cortes de manga y bailar la jota». Esta circunstancia fue entendida como una provocación por los presentes, que justificaron en la burla del técnico sus posteriores reacciones, más encendidas en contra del entrenador, al que llegaron a insultar, y algunos jugadores, que vivieron el incidente preocupados y tensos por la situación. Es el caso del centrocampista francoargelino Hameur Bouazza, que, según el club, tuvo que escuchar algunos comentarios de carácter racista.
Tras cesar los reproches y agravios, y cuando los nueve aficionados en cuestión se dirigían a la cafetería del estadio, dos agentes de paisano que se encontraban por los alrededores procedieron a identificarles. Posteriormente aparecieron más efectivos, aunque desde el club se asegura que en ningún momento se avisó a la policía nacional y que su presencia en los alrededores del estadio, precisamente en el momento de los hechos, fue una casualidad.
Pese a todo, el presidente del Racing, Ángel Lavín, se entrevistó después con los agentes y el club se plantea ahora denunciar a los nueve aficionados ante la Comisión Antiviolencia, lo que podría acarrear sanciones económicas para los implicados y, además, restricciones para acudir a presenciar espectáculos deportivos durante un determinado período de tiempo. El asunto se pondrá hoy en conocimiento de los abogados del club.
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