El Sevilla FC disputa este jueves un trascendental partido en la Liga Europa contra el Feyenoord de Rotterdam. Un encuentro en el cual puede dejar sellado su pase a dieciseisavos de final de la competición que tantas y tantas alegrías ha brindado a la afición sevillista. Una afición que, precisamente, será la gran perjudicada en esta cita, pues prácticamente no podrá viajar a suelo holandés tras la medida dictaminada por el club de no vender entradas para el estadio De Kuip. La razón: el miedo a 'Los legionarios'. La temible afición local es una de las más peligrosas del mundo y ya dejó patente en el partido de ida que tiene una especial predilección por los altercados.
Excepto los sevillistas que viajen con el club (que sacaron en su día el abono para los partidos visitantes del Sevilla en la Liga Europa), los cuales sí tendrán entrada e irán con la expedición rojiblanca a zona segura, el resto de aficionados no podrá comprar entradas facilitadas por el club para evitar problemas con la tan temida hinchada holandesa. Una medida impopular, que ha generado animadversión en cientos de seguidores que tenían marcado en su agenda este partido, e incluso, llevaban meses con los vuelos comprados y con las habitaciones de hotel reservadas. Principalmente, porque la UEFA exige a los clubes una zona acotada para la afición visitante.
El miedo es real. Así pues, según ha podido saber ElDesmarque, la peña sevillista de Bruselas, situada a 143 kilómetros del De Kuip, no realizará el viaje para animar a su equipo. El motivo, la preocupación por los ultras rivales. Es tal el miedo, que estos seguidores que apenas tienen la oportunidad de ver a su equipo en directo, renuncian a hacerlo. Sí lo hicieron, por ejemplo, en Lieja, para ver en primera persona al Sevilla contra el Standard. Pese a que las formas del club son cuestionables, el fondo, no lo es tanto.
Cientos de sevillistas perjudicados
El encuentro contra el Feyenoord era el más apetecible de los tres desplazamientos que realizaría el Sevilla en la Liga Europa tras conocer el desenlace del sorteo. El estadio De Kuip, con capacidad para 51.500 espectadores, y en la interesante Rotterdam, era una cita marcada en el calendario para muchos aficionados. Este medio se ha puesto en contacto con algunos de ellos, como es el caso de Juan Manuel León, aficionado sevillano que reservó un vuelo de avión junto a su mujer el 31 de agosto para Eindhoven, tres meses antes del partido. Desde allí viajarían a Rotterdam. Una cita planeada con tiempo, para la cual tuvieron incluso que cuadrar los días libres en su trabajo. Por entonces, el precio del billete era accesible (210 euros), y el del hotel rondaba una cifra parecida (275 euros). Todo para nada, pues a poco más de dos semanas para el encuentro, desde el Sevilla comunicaba que no les facilitarían entradas, y que si las querían, tendrían que acudir a las taquillas del De Kuip, y adquirir unas en las zonas disponibles, es decir, sin seguridad alguna en asientos en la grada local, en lugar de en una zona visitante acotada (Pese a que el Feyenoord está obligado a preparar una zona segura para la afición rival).
El miedo ante una posible agresión de 'Los legionarios' ha impedido el viaje. El de Juan Manuel y su mujer, y el de cientos de sevillistas que como ellos ya tenían sus planes hechos, sus billetes comprados, y sus habitaciones de hotel reservadas. En esta ocasión, el daño ha sido únicamente moral, no económico, pues el hotel, el Citizen Rotterdam ha accedido a la devolución del ingreso, y la compañía de aerolíneas, al tratarse de un vuelo internacional, les ha ofrecido una contraprestación con un vuelo nacional, en este caso, a Lanzarote, en el mes de junio. Nada que ver con la intención inicial del vuelo, que era animar a su Sevilla en Holanda.
Al igual que Juan Manuel y su mujer, otros sevillistas, pese a los riesgos que supone el viaje, dieron un paso al frente y se apresuraron a dejarlo todo planeado para ser un hincha más en el De Kuip. Finalmente, no podrán serlo, y lo que es peor, no todos tendrán la misma suerte que la pareja entrevistada, pues en otras ocasiones, las compañías aéreas no reingresan la totalidad del precio del billete.
Las explicaciones de Pepe Castro no sólo no han sido aceptadas por el sevillismo, sino que han molestado a aquellos seguidores que planeaban viajar a Holanda. Son historias de un viaje frenado por el miedo, donde el club, que ha apostado por la seguridad de su afición (todo hay que decirlo), quizás ha errado en las formas de hacerlo. Pese a ello, habrá valientes que se embarquen en esta singladura a Rotterdam.
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