El pasado sábado se vivió un nuevo episodio de violencia con el fútbol como excusa. Antes de que comenzara el encuentro que enfrentó al filial del Real Zaragoza con el Nástic de Tarragona, unos 30 miembros del Ligallo agredieron a cuatro aficionados en un bar del entorno de La Romareda. Tres de ellos eran menores de edad y el otro, adulto. Dos de ellos pertenecían presuntamente a la peña El Avispero y otro, al Colectivo 1932.
Al parecer, no se produjo una pelea sino una agresión en la que volaron sillas, ceniceros, destrozando el mobiliario del bar en el que se produjo y en el que algunos de los ligallo utilizaron espray pimienta. Tras los hechos se presentaron dos denuncias ante la Policía, dos de ellas por parte de dos de los agredidos en la reyerta y otra por el propietario del establecimiento en el que se produjo. Ninguno de los agredidos necesitó hospitalización.
Se trata de la segunda agresión en pocos días en las que están implicados de una u otra manera miembros del Ligallo y de El Avispero, dos peñas zaragocistas que han protagonizado incidentes incluso fuera de Zaragoza, con la pelea escenificada en Soria como uno de sus episodios más significativos. Tras la agresión sufrida y denunciada por un joven que portaba una camiseta del Ligallo, el Real Zaragoza emitió un comunicado y se puso al servicio del joven manifestando que iba a "tomar todas las medidas que estime oportunas para garantizar que este tipo de sucesos no se vuelvan a repetir" así como que colaboraría inexcusablemente con las instituciones y fuerzas de seguridad.
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