A Gian Piero Gasperini le preguntaron el domingo, después de la victoria (4-0) contra el Palermo, por la contestación de los hinchas. En la grada, durante el partido, había una pancarta enorme en la que se podía leer: “Il vostro progetto é inesistente, fuori dal cazzo allenatore e presidente” [Vuestro proyecto es inexistente, quitaros del medio entrenador y presidente].
“Contestaré más adelante, ahora no me apetece, pero los hinchas son otros, no estos tres con los que he tenido problemas. Los hinchas son otros, no Leopizzi [tiene una condena por lesiones a su mujer, la investigación fue por intento de homicidio, según el Corriere della Sera], Cobra y Traverso. Yo me desmarco de ellos. Lástima que vosotros (a los medios) no hagáis lo mismo y le dais visibilidad. Yo cuando el Genoa pierde lo paso mal, algunos no, están muy bien porque tienen protagonismo y les identifican con los hinchas del equipo. Yo tengo un concepto y un respeto completamente distinto de los hinchas”, aseguró el técnico.
Es la primera vez que alguien critica a los ultras públicamente dando nombres y apellidos. Los ultras del Genoa, son, por cierto, los que en abril de 2012 pararon el partido contra el Siena (no les gustó el cambio defensivo del entrenador de entonces; con el resultado de 4-0 en contra) y obligaron a los jugadores a quitarse las camisetas porque, según ellos, no eran merecedores de vestirlas. Leopizzi, uno de los ultras nombrado por Gasperini, es el que se juntó con algunos jugadores (Sculli y Criscito) y el que fue investigado por un presunto amaño de partidos.
Ahora, ha amenazado con demandar al técnico del Genoa, que esta temporada ha tenido escolta policial en varias ocasiones. El 20 de diciembre, de regreso del partido contra la Roma (derrota por 2-0) se encontró a un grupo de policías en el aeropuerto. Le escoltaron hasta su casa y estuvieron varios días delante de ella. Lo mismo después de la derrota en el derbi contra la Sampdoria.
Hace diez días, 200 ultras se presentaron en la ciudad deportiva del Genoa para pedir explicaciones –como si fueran ellos los jefes- a la plantilla, que marcha en el puesto 16 (el quinto por la cola) con 22 puntos.
El pasado mes de septiembre, en la fiesta del 122 cumpleaños del equipo, un grupo de ultras se encaró con Gasperini. Le acusaron de arrogante. Ayer, uno de los líderes de la curva (así se llaman los fondos de los ultras en Italia), Roberto Scotto, le envió una carta. “No se dan nombres y apellidos haciendo cierto tipo de alusiones también porque esas personas [los tres que citó el técnico] dan la vida por la curva y por el equipo. El equipo se ha ligado a la hinchada más de lo que usted pueda soportar y su deshago del domingo es la prueba. No vaya con escolta, nadie le tocará nunca”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario