La afición de Osasuna está siempre con su equipo. En los malos momentos, como hace una semana y media, cuando los jugadores tuvieron que regresar al terreno de juego para dar las gracias a su hinchada después de la dolorosa derrota contra el Huesca (2-3) que les dejaba fuera del play off a falta de una sola jornada para la conclusión del campeonato regular.
Y en los buenos, como ayer, cuando los jugadores tuvieron que dar la vuelta al ruedo para responder a la atronadora ovación que la grada de El Sadar, puesta en pie al completo, les tributó al término del choque contra el Nàstic. Y es que invitaba a ello el enorme despliegue físico de los pupilos de Enrique Martín Monreal y el excelente resultado cosechado en el partido de ida de la primera eliminatoria de la promoción de ascenso a la máxima categoría.
Pero la hinchada rojilla no se conformó con el reconocimiento final a sus jugadores. Para empezar, El Sadar registró, con 17.750 espectadores, la segunda mejor entrada de la temporada, una marca solo superada el día de la visita matinal y dominical del Alavés, en la que fueron 18.211 almas las que se congregaron en el estadio pamplonés para, curiosamente, asistir a un partido que concluyó con el mismo marcador que ayer: 3-1.
Casi todo el mundo fue puntual con la importante cita de Osasuna y los cánticos de ánimo comenzaron desde antes de que el árbitro decretara oficialmente el inicio de un partido en el que los rojillos sintieron siempre el aliento de su hinchada. El Nàstic también contó con el apoyo de los suyos, pero fueron superados en número y decibelios por la afición local, la misma que obligó a los jugadores a dar la vuelta al ruedo. Tanto unos (hinchas) como otros (jugadores) confían en que no sea la última. Quieren más.
Ambientazo en el Sadar Osasuna 3 Nastic 1 pic.twitter.com/PEtCjzwGYD— ultras away days (@HinchaSuper) 9 de junio de 2016
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