Indignación absoluta en el cadismo. La ilusión de muchos aficionados se quebraba hora y media antes del choque entre el Cádiz CF y el Racing de Santander. La hinchada cadista, que ha recobrado la fe tras superar la primera eliminatoria, se preparaba para su rito más celebrado en el ‘play off’ de ascenso: el recibimiento al autobús del equipo.
Después de los incidentes previos al anterior duelo con el Racing de Ferrol, se esperaba un mayor control de las fuerzas de Seguridad. En la reunión del pasado jueves se aprobaba entre el Cádiz CF y la Policía Nacional un cambio de itinerario. Esta vez el autocar llegaría a Carranza por la Avenida Juan Carlos I y entraría por Fondo Sur.
Así lo anunciaba el propio club a la salida del vehículo de la Ciudad Deportiva del Rosal. Y por ello cientos de cadistas se arremolinaban junto a la glorieta de Víctimas del Terrorismo para acompañar a la plantilla hacia el coliseo amarillo.
Pero de repente… el gran chasco. La gran decepción. Los aficionados se quedaban con la cara desencajada al ver como sus jugadores ya se habían apeado del bus y entraban andando en Fondo Sur, sin haber pasado a su vera. La razón: habían cambiado el recorrido en el último instante y llegaban por la antigua Avenida, bajando por la esquina de Policía Local, como hace dos semanas.
Algunos futbolistas se acercaban a la hinchada, pero el enfado era mayúsculo. “Nos han robado el recibimiento”, se escuchaba a muchos cadistas, que se sentían delincuentes. Esto provocaba altercados, eso sí mínimos, con el encendido de bengalas y una humareda que terminaba por nublar el ánimo cadista.
Por supuesto también se escuchaban los gritos de ‘Vizcaíno, dimisión’. No obstante, el Cádiz CF se ha apresurado para informar de que no tienen ninguna responsabilidad en ese cambio de planes inaudito, en el último momento. “Al contrario de lo que nos habían comunicado, el autobús ha entrado por un acceso diferente sin previo aviso“.
En la entidad se mordían la lengua para no expresar un enfado manifiesta. Culpaban a la Policía de haber variado el recorrido y dejar plantada a su afición, de haberle quitado lustre a un momento cumbre, al ritual de cada final de temporada. Los agentes aducen motivos de seguridad.
Otro capítulo más de esta ‘guerra fría’ que mantiene el coordinador de seguridad de Carranza con el Cádiz CF, a cuenta especialmente de Brigadas Amarillas. La batalla campal del Rosal, delitos menores al margen del fútbol y también dentro del estadio, la prohibición del tifo hace dos semanas… Y el gran perjudicado, el cadista de a pie que sólo viene a animar a su equipo. Y que se queda con la miel en los labios.
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