Eran las 3 horas de la madrugada del domingo. Dos autobuses abarrotados de aficionados rojillos volvían de un trayecto de más de 6 horas desde Oviedo. El ambiente de los vehículos, en el que ya se hacía patente la noche, era de satisfacción. En el maletero de ambos, el orgullo del 0-5 y un posible ascenso a Primera División ocupaba todos los asientos.
Esta es la estampa que arranca esta historia, que empieza a cambiar en el momento en el que los conductores de ambos autobuses detienen los vehículos para hacer un descanso en un área de servicio cercano a Bilbao. Algunos de los ocupantes deciden saciar sus estómagos y bajar a cenar algo en el restaurante.
La sorpresa es mayúscula cuando se dan cuenta de que, a las puertas del mismo, el autobús de los héroes del día ocupa una de las plazas del aparcamiento: la plantilla osasunista también está allí.
Por un momento, la suficiente recompensa que viajaba con ellos se multiplica. Van a poder celebrarlo juntos.
La emoción revuelve sus tripas y los cánticos regresan a sus gargantas. Cuentan los aficionados presentes como, en ese momento de la entrada al bar, rascan sus voces para entonar la canción que así sigue: "Osasuna alé, marca gol por esta grada, aquí están los que no fallan...".
Cerca de cien aficionados acceden al restaurante motivados por el encuentro que va a tener lugar. Los rojillos, al percatarse de su presencia, se ponen de pie y empiezan a aplaudir a los que "les siguen a todas partes". Un encuentro frente a frente, tal y como relatan los que lo vivieron, crea una escena llena de magia y conmoción. Aplausos por ambas vías terminan en abrazos y agradecimientos mutuos que se van repartiendo por todas las mesas del área de servicio en las que están sentados los jugadores.
"Venga, pediros algo que invitamos nosotros. ¡Un bocadillo o lo que queráis!", es una de las frases que les repiten a sus aficionados. Tal y como cuentan, algunos deciden pagar su consumición mientras otros sí que se hacen eco de este convite y cenan gracias a los rojos.
Entre sus conversaciones, las palabras "cardiacos durante el partido" que pronuncian unos acompañan al "os hemos oído animar mucho" de los otros. Cobra especial relevancia para los oídos de la afición la siguiente frase: "Tranquilos, que el sábado 18 de junio volvemos a quedar en la Plaza del Castillo para celebrar el ascenso".
De una cita a la siguiente. En medio, cuatro partidos de play-off que volverán a agotar las voces de la afición para llevarlas a los campos que haga falta. El primero en casa, este miércoles, y que hará su regreso el sábado en Tarragona: hay esperanza.
MARTÍN, PROTAGONISTA EN LA DESPEDIDA
El técnico de Osasuna, Martín Monreal, es el último en hacer su aparición durante estos especiales y nocturnos minutos, que se perdieron las cámaras y se grabó sólo en el recuerdo de quienes estuvieron presentes.
La afición canta al entrenador, que no ha salido del autobús, al retirarse de vuelta a su vehículo. "Es que yo sin ti, Enrique Martín, no sabría cómo subir. Llévame a Primera...". Este, sin llegar a descender todas las escaleras del vehículo en el que viaja, saluda con la mano a sus más fieles seguidores.
Es el último gesto con sabor a Osasuna del día. Para ellos un 'hasta la próxima cita', la cual confían que se cumpla y se celebre dentro de dos fines de semana. Pamplona. 18 de junio. Es 2016. ¿Volvemos a Primera?
No hay comentarios:
Publicar un comentario