Varios aficionados rusos van a ser expulsados del país después de que las autoridades galas les consideren una amenaza para el orden público tras los incidentes ocurridos el sábado antes del Inglaterra-Rusia.
El martes por la mañana la policía efectuó identificaciones a 29 aficionados rusos en un hotel de Mandelieu-la-Napoule, cerca de Cannes, donde se alojaban después del partido de Marsella.
La operación policial no ha terminado, pero las autoridades ya han decidido detener a varios de ellos para expulsarles del país.
Las identificaciones efectuadas por la gendarmería francesa se hace coordinadas con la División nacional de lucha contra los hooligans (DNLH). Lo que intentan ahora es verificar si estos rusos forman parte de la lista de hooligans señalados como peligrosos.
Los aficionados detenidos se disponían a coger un autobús rumbo a Lille, donde la selección rusa se enfrenta el miércoles a mediodía a Eslovaquia.
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