La final de la UEFA Europa League del 2019, será recordada por todas las polémicas que produjo en lo extra futbolístico.
Primero fue el caso en torno a Henrikh Mkhitaryan y luego todo el sacrificio que tuvieron que hacer los aficionados ingleses para ver al equipo de sus amores.
Claro estaba que Bakú no cumplía con las condiciones para albergar la final del evento. Falta de infraestructura y una logística de aeropuertos bastante mala complicaron aún más el escenario.
Bakú se encuentra separada de Londres por aproximadamente 4506 kilómetros. Son muy pocos vuelos directos que conectan a Inglaterra con Azerbaiyán y el costo es realmente elevado.
Toda una aventura
Los fanáticos interesados en viajar, iniciaron una auténtica travesía que pasaba por Turquía o Letonia antes de llegar a Azerbaiyán.
Cada viaje posee una duración entre 10 y 14 horas ¿El costo? 1027 euros por persona.
Trasladarse por carretera podría tardar hasta 58 horas, una opción para nada viable para los interesados.
Jake Ralph, fue uno de los pocos aficionados que pudo llegar a Bakú y en una conversación con ITV contó su experiencia.
“Salí hace una semana, he viajado tres mil quinientas millas, usé más de cinco medios de transportes a través de tres países. Tuve que dormir todas las noches en una cama diferente”, afirmó.
Aficionados rusos y asiáticos
Bakú esperaba verse inundada por una marea de hinchas británicos que le darían color a los bares y plazas en la previa, un deseo que se quedó en eso y no se cumplió.
Chelsea y Arsenal tuvieron problemas para vender los 6000 mil boletos que le fueron asignados para la final. Inclusive, devolvieron más de la mitad de los mismos por no poder venderlos.
Previo a la final, aún se podían encontrar boletos en centros comerciales y puntos de ventas designados. Aunque los boletos más económicos ya se encontraban agotados.
La mayoría de los fanáticos que se dieron cita en el estadio Olímpico de Bakú, eran de origen ruso o asiáticos, quienes aprovecharon la proximidad.
Fanáticos como Ralph (Chelsea), celebrarán y no les importará haber hecho el sacrificio, ya que vieron a su equipo alzar el trofeo.
Sin embargo, para los del Arsenal, quedará el sabor amargo de realizar un esfuerzo para ver una nueva caída dolorosa de su equipo.
Ojalá la UEFA tome correctivos en la elección de las sedes y elija a aquellas plazas que tengan las condiciones óptimas para el espectáculo y todo lo que envuelve al balompié.
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