"¡Mierda, subimos!". La pancarta exhibida en el estadio del Unión Berlín el lunes durante el partido que certificó el ascenso a la Bundesliga era sin duda irónico, pero resumía la identidad rebelde de este club de la antigua RDA.
Por primera vez en su historia, este club descubrirá el nivel más alto del fútbol alemán, con su pequeño estadio de 22.000 plazas, 3.500 de ellas con asiento, su modesto presupuesto de 80 millones de euros, y sobre todo sus aficionados atípicos y unidos por una idea, ser diferentes.
"Formo parte de los que no quieren que el club ascienda, porque estoy convencido de que el equipo sacrificará poco a poco sus valores", confesaba recientemente a la AFP André Rolle, antiguo speaker del estadio.
El lunes, tras la victoria en 'play-offs' contra Stuttgart (2-2, 0-0, Unión se clasificó por el valor doble de los goles en campo contrario en caso de empate), la fiesta duró hasta altas horas de la madrugada en el barrio berlinés de Köpenick, situado en la antigua Berlín-Este.
- "El Muro debe desaparecer" -
Fue en los tiempos difíciles del régimen comunista y del Muro cuando se forjó el carácter del Unión Berlín, pequeño club rival del monstruo Dynamo Berlín, el gran club presidido por el jefe de la Stasi, la temible policía secreta, Erich Mielke.
En los derbies, "cuando había un tiro libre, los jugadores del Dynamo formaban una barrera, un muro, delante de su portero, y los aficionados del Unión gritaban: 'El Muro debe desaparecer', y todos en el estadio sabíamos de qué muro se trataba", contaba recientemente Christophe Arend, de 53 años, fiel a los colores rojo y blanco desde su infancia.
"Todos los aficionados del Unión no están en la oposición (al régimen comunista), pero casi todos los opositores simpatizan con el Unión", según un dicho de la época.
En un guiño a la historia, el ascenso del Unión pone fin a diez años de ausencia de clubes de la antigua RDA en la Bundesliga. El último había sido el Energie Cottbus, descendido en 2009. El RB Leipzig es un club de una ciudad de la Alemania Orienal, pero fue fundado en 2009 por Red Bull.
Tras la reunificación, Unión cayó como todos los clubes de la antigua RDA en graves problemas financieros. El tejido económico demasiado débil en los territorios de Alemania Oriental no permitió tener formaciones de alto nivel. Pero el club berlinés pudo seguir siendo profesional.
- Dar su sangre por Unión -
Sus aficionados, como siempre, fueron diferentes al resto. En 2004, para ayudar a saldar sus deudas, fueron literalmente a donar su sangre, ofreciendo al club el dinero recibido a cambio.
Unos años más tarde, en 2008, se movilizaron de nuevo para ayudar a reconstruir el estadio.
"Unos 2.500 aficionados, trabajaron de forma gratuita alrededor de 140.000 horas entre todos" en la obra, cuenta Christian Arbeit, director de comunicación de Unión.
La solidaridad también se ve en las tribunas: en el Unión no se pita a los jugadores, se los anima hasta el final y no se deja el estadio hasta que el partido termina.
La próxima temporada, Berlín será la única ciudad alemana con dos clubes en la élite. El choque de culturas promete derbies calientes contra el Hertha, club de la parte Oeste, más aburguesado, que juega en el histórico y gigantesco estadio olímpico de 75.000 plazas.
Berlín, que ha tenido cinco clubes en Bundesliga desde la creación del campeonato en 1963, no ha vivido un derbi de primera división desde la temporada 1976-1977, entre el Hertha y el Tennis Borussia (ahora en quinta división).
El Unión Berlín toca por fin el cielo. El peculiar conjunto de la capital alemana consiguió el primer ascenso de su historia a la Bundesliga. Jugaba la promoción con un histórico: el Stuttgart. Tras empatar a 2 en el Mercedes-Benz Arena, el 0-0 en su propio estadio les mete de lleno en la élite del fútbol teutón. Su ascenso no es uno más. La historia de este modesto y curioso equipo merece ser
El Unión Berlin siempre se ha distinguido por ir contracorriente, por ser rebelde. Fundado por obreros en 1906, se refundó en 1966 en plena guerra fría con la separación de bloques comunista y capitalista. Tras una reorganización de la liga por parte del régimen de la RDA, se fundó la Oberliga para el este. Enclavado en el barrio de Köpenick, su principal rival es el Dynamo de Berlin, fundado en 1953 y controlado por la Stasi, el servicio secreto comunista de la RDA.
El Unión, equipo de los trabajadores del metal, tuvo que contemplar como el equipo del régimen comunista se convertía en el dominador de la Oberliga al ganar 10 campeonatos ligueros consecutivos (1977-1988). Esta racha impresionante no hubiera sido posible sin la presión y el miedo que creaba Mielke, el jefe de la Stasi. Cuando el Dynamo llamaba a la puerta de otros equipos para llevarse al jugador estrella resultaba muy difícil resistirse. Los árbitros protagonizaron un sinfín de actuaciones escandalosas que beneficiaban a los futbolistas del Dynamo, a los que concedieron todos los penaltis y goles en fuera de juego necesarios para asegurar la victoria. Por si aún así no resultaba suficiente, los rivales del equipo de Berlín muchas veces fueron debilitados en los partidos previos con tarjetas y expulsiones más que dudosas.
El Unión Berlín, durante la RDA, fue el refugio de los descontentos con el régimen. Era uno de los pocos clubes de élite que no estaban controlados por un colectivo laboral, aunque su base obrera le ganó el apoyo del sindicato único. "No todos los hinchas del Unión son enemigos del Estado, pero todos los enemigos del Estado son hinchas del Unión". Una frase que resume parte de la idiosincrasia de este club.
Sus hinchas aprovechaban cada partido jugado ante el Dynamo para protestar contra el régimen. "Wir wollen keine Stasi schweine" cantaban, lo que traducido al castellano es "No queremos a los cerdos de la Stasi".
Tumbado el muro de Berlín, el fútbol del otro lado del muro tuvo que reincorporarse a la liga alemana con los equipos del oeste. Las difíciles condiciones económicas a las que se tuvieron que enfrentar estos equipo hizo que muchos, entre ellos el Unión Berlín, tuvieron que hacer malabares para no desaparecer. En el caso del Unión, sobrevivió en el alambre gracias a su afición.
Una familia
Lo que realmente hace único a este modesto equipo es su afición. Sin pedir nada a cambio, su mejor resultado en los últimos 20 años fue meterse en una final de Copa, que perdió ante el poderoso Schalke, es la hinchada que más ha dado a su equipo en la historia del fútbol. Ellos trabajaron durante 16.000 horas en 2008 para remodelar su propio estadio. Sin cobrar. 300 días sin descanso. ¿Por qué? Merecía la pena dar un nuevo hogar a la familia. .contada.
Un estadio que está situado en medio de un bosque, siguiendo la tradición de molestar poco, ser libres y que el pueblo disfrute de sus colores. Su lema, #EisernUnion, significa unión del hierro.
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