La Federación Griega de Fútbol permitió que los aficionados de AEK y PAOK con entradas nominales entrasen al estadio pese a que hace menos de una semana se decretó que el choque se jugaría a puerta cerrada.
En un principio, la Federación argumentó que no iba a ser posible garantizar la seguridad del choque. Sin embargo, a última hora cambió de idea y permitió la entrada de unas 400 personas.
La primera parte del choque transcurrió con normalidad y los aficionados estuvieron rodeados por un dispositivo policial formado por más de 2.000 efectivos, según informó el medio griego '24Sports'.
El único momento de tensión se vivió sobre el minuto quince de juego, cuando varios objetos volaron cerca de Dimitris Melissanidis, dueño del AEK. El pequeño altercado no fue a más y se disolvió con prontitud.
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