En el duelo entre los grandes rivales griegos Panathinaikos y Olympiakos, los aficionados dispararon bengalas antes de que comenzara el partido. La policía terminó desalojando el estadio y los jugadores pudieron reanudar el encuentro
En cambio, el derbi de Belgrado entre el Estrella Roja y el Partizan tuvo que ser suspendido por la violencia de los aficionados.
"Teniendo en cuenta que no hubo ningún muerto podemos estar felices", escribió el diario griego "SportDay" sobre el partido disputado en una cancha situada en el antiguo aeropuerto de Atenas Hellinikon.
Aunque sólo había 900 ultras entre los 8.000 espectadores, la situación se agravó. Los hinchas lanzaron artículos pirotécnicos antes del encuentro y en el segundo cuarto comenzaron las peleas en la cancha.
El base del Panathinaikos Mike Bramos resultó herido leve de una mano al ser alcanzado por objeto. Después de una hora de suspensión, el partido se reanudó y el Panathinaikos terminó ganando por 81-78.
"Una vez al año se juntan los aficionados y el partido va a terminar saltando por los aires", lamentó el diario "Fos".
Mientras tanto, el oficial de la policía encargado de la seguridad en el estadio fue suspendido de sus funciones. Además, se inició una investigación a otros 24 policías de menor rango, según anunció el ministro de orden público, Nikos Dendias, tras una reunión de emergencia con la dirección de policía en Atenas.
La investigación deberá aclarar cómo los aficionados radicales pudieron entrar a la cancha con bengalas, piedras y otros objetos pesados.
Los ultras tienen prohibida la entrada a la cancha en lo duelos de Liga entre los dos históricos de Grecia. Sin embargo, el domingo era la final de la Copa y el ambiente venía envenenado desde hacía días.
Dimitris Giannakopoulos, hijo del dueño del Panathinaikos, tildó al Olympiakos como el "equipo de la basura".
"¡Bancarrota en el baloncesto! Nuevas páginas negras en el libro de la historia del baloncesto griego. La locura de los "hooligans" no tiene fin", señaló hoy el diario político "Ta Nea".
La Federación de Baloncesto de Grecia no habló aún de posibles consecuencias.
Los disturbios son algo más habituales en el deporte serbio. Cuando la policía intervino en el tercer cuarto del derbi de Belgrado, los jugadores se retiraron a los vestuarios.
Después de una interrupción de 45 minutos, el capitán del Estrella roja, Igor Rakocevic, explicó que su equipo no quería jugar más. El partido debería reanudarse esta semana sin espectadores.
El incidente en la final de Copa fue el más reciente de una serie de disturbios en el deporte serbio. Debido a los incidentes en un partido de fútbol sub 21, la Unión Europa del Fútbol Asociado (UEFA) sancionó a la federación serbia con un partido a puerta cerrada y una multa de 80.000 euros (107.000 dólares).
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