De camino a Vigo, cuando iba por Madrid, se enteró de la desagradable noticia y se dio la vuelta. Salva Ballesta, el que fuera jugador del Valencia y del Levante, elegido por Abel Resino para acompañarle en su nueva aventura en el Celta, no fichará finalmente por el equipo gallego porque, según ha explicado el mismo exinternacional español, un grupo de aficionados del Celta no le querían «por temas políticos y el club les ha hecho caso».
Lo cierto es que el tema se las trae. Ante la agónica situación que vive el equipo y tras la destitución de Paco Herrera, lo que no quería el consejo de administración del club vigués era provocar un nuevo incendio entre su propia afición. Al parecer, buena parte del consejo tiene un talante conservador, lo que ha generado anteriormente bastantes críticas entre la afición, de marcado carácter nacionalista. Si a la deficiente marcha del equipo se le unía ahora esta cuestión ideológica, el club creía que el panorama todavía se podía poner mucho peor para sus intereses de evitar el descenso.
«Es una pena que en los tiempos en los que estamos se confunda la política con el deporte. Nunca me he referido a la política, sólo he dicho siempre que me siento muy español», denunciaba posteriormente el exfutbolista. También a Radio Marca añadía: «Soy español y moriré siendo español».
Ballesta, a quien conoce perfectamente Resino porque coincidieron ambos en el Atlético y en el Levante, confesaba: «Ya había salido de Málaga dirección Vigo. Iba por Madrid y me ha llamado el presidente del Celta -Carlos Mouriño- para decirme que no iba a poder ser».
El que fuera delantero, también de equipos como Racing de Santander, Málaga o Atlético de Madrid, había generado un fuerte rechazo entre un sector de la afición del Celta, especialmente el grupo ultra «Celtarras», por su ideología política.
En cuanto se supo de su llegada como ayudante de Resino, aficionados del Celta expresaron su rechazo en las redes sociales a su contratación, tildando a Ballesta de «facha», «fascista» e incluso «nazi».
Preguntado por si se sentía decepcionado con Abel Resino, Ballesta -que acaba de sacarse el título de entrenador nacional- ha respondido que «respeto su decisión pero yo no hubiera firmado si me dicen que no pudo llevar a mi segundo. Mi equipo deportivo técnico va conmigo y se cae conmigo».
En el Celta de Vigo no han querido valorar el veto al que podría haber sido el segundo entrenador de Abel Resino en el banquillo de Balaídos: «Nosotros sólo hablamos de los trabajadores del club».
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