El meta Emiliano Viviano, titular del Fiorentina, protagonizó el pasado sábado tras el encuentro liguero perdido en terreno del Juventus Turín (2-0) un hecho insólito al quitar a su compañero español Borja Valero la camiseta intercambiada con Andrea Pirlo y arrojarla sobre el césped.
La acción de Viviano, inicialmente no entendida por el centrocampista español, se debió a "querer salvar a Borja" de las posibles iras de los aficionados del Fiorentina que se dieron cita en uno de los fondos del estadio turinés, según ha desvelado ahora el propio guardameta.
"Quería sólo evitar que mi compañero de equipo se presentase ante la curva de seguidores viola con una camiseta juventina, para evitar que hiriera sus sentimientos", ha confesado Viviano.
La historia de odio entre las aficiones del Fiorentina y del Juventus Turín inicio especialmente en la última jornada de la temporada 1981-82, cuando ambos equipos se jugaban el "scudetto" (título liguero). El título fue al Juventus Turín, que ganó en su visita al Catanzaro (0-1), mientras que el Fiorentina no pasó del empate en Cagliari (1-1).
El Juventus Turín quedó campeón con un punto de ventaja sobre el Fiorentina, pero los seguidores "ultras" fiorentinos se quejaron de que el colegiado de Cagliari había pitado en contra suya para beneficiar al Juventus. Como protesta, los seguidores del Fiorentina han lucido desde entonces pancartas y adhesivos con la frase "Meglio secondi che ladri" ("Mejor segundos que ladrones").
Pero el punto más álgido de odio se produjo en 1990, cuando el 18 de mayo de ese año Roberto Baggio fue traspasado por el club toscano al piamontés, a cambio de 20.000 millones de liras (unos 2.200 millones de pesetas entonces, unos 13,2 millones de los actuales euros).
Se trató entonces del traspaso más caro en la historia del fútbol italiano y trajo consigo una serie de protestas a cargo de los aficionados fiorentinos, que durante días asediaron la sede de su club, teniendo que intervenir las fueras del orden.
Los incidentes ante la sede del Fiorentina se saldaron con el balance de tres heridos y 30 detenidos, tras una contundente intervención de la policía, que tuvo que utilizar gases lacrimógenos para aplacar las iras de los "tifosi".
Desde entonces, los seguidores "ultras" de uno y otro club se han declarado "odio eterno", dando lugar a enfrentamientos e incidentes en buena parte de los encuentros en que se han enfrentado.
Una historia de odio sin duda desconocida por Borja Valero, llegado este verano al Fiorentina desde el Villarreal, y que al término del partido solicitó intercambiar su camiseta con Andrea Pirlo, uno de sus ídolos.
El "pecado" de Borja Valero llegó este sábado cuando, torso desnudo y con la camiseta juventina sobre un hombro, al final del partido se dirigió hacía el fondo de las gradas en que se encontraban los aficionados fiorentinos para agradecerles por su apoyo, ajeno a las disputas que mantienen ambas las aficiones. Ante su asombro, se le acercó Viviano, le agarró la camiseta juventina y la lanzó sobre el césped.
"No tenía intención alguna de faltar de respeto ni a Pirlo, al que estimo muchísimo, ni al Juventus ni al público de Turín", ha añadido Viviano, que justifica la acción en su intención de "salvar a Borja" de las iras de los "ultras". Eso sí, Borja Valero luego recogió la camiseta de Pirlo y se marchó con tan precioso botín hacía los vestuarios.
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