El caso de las bengalas de Montjuïc se ha saldado con la condena de tres personas a tres años de prisión. El Juzgado de lo Penal Número 1 de Barcelona ha dictado sentencia condenatoria que todavía puede ser recurrida ante la Audiencia de Barcelona contra dos hermanos vinculados a los Boixos Nois y contra un tercer aficionado supuestamente radical del Barça,
La decisión del juzgado reafirma la postura del RCD Espanyol, que alegaba no ser responsable de los actos vandálicos realizados por la afición barcelonista en su feudo. Aunque el club es el encargado de velar por la seguridad de los espectadores, es prácticamente imposible controlar los objetos que portan las miles de personas que se congregan en los partidos de fútbol. Al menos eso alegan la mayoría de clubes que han sufrido en sus carnes este tipo de sucesos.
Antecedentes
Los hechos se remontan al 27 de setiembre de 2008, cuando Espanyol y Barça (1-2) se enfrentaron por última vez en el Estadi Olímpic de Montjuïc, en medio de un ambiente totalmente caldeado. Durante el encuentro, cinco personas situadas junto a la afición barcelonista lanzaron varias bengalas contra la hinchada perica.
Las bengalas llegaron a impactar contra aficionados del Espanyol, y obligaron a suspender el encuentro durante unos nueve minutos. Ello supuso la detención y denuncia de los Mossos d’Esquadra contra los hermanos Guilem y Alex C.R., Eduard C.L., Guillem V.H y Marc M.I., de 23. La entidad blanquiazul, por su parte, optó por vetar el acceso a la afición barcelonista al estadio del Espanyol, medida que todavía hoy sigue en vigor.
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