Jóvenes hinchas de clubes de fútbol de Leipzig (sureste de Alemania) están trabajando por combatir la violencia que se da en los enfrentamientos en los campos y en las tribunas.
Tienen hasta 27 años, son seguidores de los clubes locales FC Lokomotive Leipzig, BSG Chemie Leipzig, SG Leipzig Leutzsch, RB Leipzig y Roter Stern Leipzig (Estrella Roja) y forman parte de Fanprojekt Leipzig,una organización que trabaja con jóvenes y lucha contra la violencia en el juego.
Fanprojekt forma parte de Outlaw, una sociedad limitada no comercial, "proveedor de trabajo sociales" en distintos ámbitos.
Sara Köhler, directora de Fanprojekt Leipzig, explica que realizan "un trabajo clásico" de ayuda a los jóvenes, pero con un enfoque directo al fútbol.
"Trabajamos sus problemas y los acompañamos en todos sus partidos, en casa y dentro de la región de Sajonia y hasta Mecklemburgo", al este de Alemania, sostuvo Köhler a EFE.
Para ello, cada club, de los cinco con los que trabaja Fanprojekt Leipzig, cuenta con una persona responsable dentro del equipo de la organización.
Un trabajo clave es la preparación antes y después de los partidos, donde la organización coordina la comunicación entre la policía y los aficionados, porque a los hinchas no les gusta tener contacto con las fuerzas de seguridad, explicó la directora del proyecto.
"Tenemos un contacto estrecho con la policía porque el fútbol siempre tiene que ver con el tema de la seguridad, porque ahí se generan muchos problemas", dijo la directora de Fanprojekt Leipzig.
En Alemania existen unos 55 proyectos para aficionados en las ciudades más importantes, como Berlín, Múnich, Hamburgo y Dusseldorf, y todos tienen la misma financiación: aportes en partes iguales de la ciudad en la que el proyecto está instalado, del estado federado -en este caso, Sajonia-, y de la Federación Alemana de Fútbol (DFB).
El proyecto recibe 250 mil euros al año, tiene una sede principal y además tres locales pequeños donde los seguidores pueden pasar el tiempo libre, jugar futbolín -conocido también como "metegol" o "taca-taca"- o ver una película, entre otras actividades.
"En los locales transcurren cosas muy diferentes, hicimos un proyecto contra la prevención de drogas, hemos diseñado banderas, coreografías de aficionados, cocinamos juntos, etcétera", ejemplificó la directora del proyecto.
Además, una vez a la semana organizan un partido de fútbol entre los jóvenes y realizan eventos de concienciación.
"Viajamos a Auschwitz, en Polonia, y para preparar ese viaje visitamos sitios en Leipzig donde durante la época nazi hubo trabajadores forzados, para que los aficionados conocieran mejor su barrio y supieran que pasaban esas cosas", indicó la directora.
El primer proyecto se creó en 2008, luego de un enfrentamiento violento entre hinchas del Lokomotive Leipzig y el club de una ciudad al sur de Alemania.
Köhler señaló que el proyecto existía antes de que Outlaw se hiciera cargo, pero "era muy criticado por el comportamiento hacia los neonazis y la incorporación de éstos".
Hace dos años el foco cambió y una de las particularidades de Fanprojekt es que se basa en formas democráticas, por lo que "no trabajamos con grupos nazis y damos soporte a grupos de jóvenes que tienen una motivación de vivir su pasión de otra manera", explicó Köhler.
La directora añadió que existen algunos clubes de fútbol que "tienen en sus filas aficionados con tendencia clara neonazi y hay casos de ataques racistas, entonces intentamos hacer nuestro trabajo contra la influencia de los nazis y la intención de que otra gente pueda acoger esa tendencia".
Sin embargo, el enfoque neonazi es una parte del trabajo de Franprojekt, no la principal.
Adam Bednarsky, gerente del club de fútbol Estrella Roja Leipzig -que juega en octava división-, explicó que éste fue fundado en 1999 por un grupo de 40 personas, aficionados y ex jugadores, con el fin de "romper los moldes de pensamientos típicos en el mundo del fútbol". Hoy cuenta con 600 miembros y ha recibido varios premios por su compromiso contra la discriminación.
Leipzig tiene una tradición ligada al fútbol, ya que Lokomotive Leipzig fue el primer campeón alemán de fútbol.
Además, la ciudad fue una de las sedes del Mundial de Fútbol en 2006, pese a no tener equipos en primera división
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