Los ultras de la Juve no pudieron celebrar la conquista del 'Scudetto' junto a sus jugadores. La carta bomba que lanzaron a los seguidores del Torino ha tenido como consecuencia la prohibición para viajar y el cierre de la Curva Sur del Juventus Stadium en los partidos que restan por disputar en su estadio en la Serie A. Así que ni cortos ni perezosos los radicales se acercaron a la puerta de Vinovo para homenajear a sus jugadores. Y bien que lo hicieron.
Una veintena de radicales llegaron a las diez y media para pasar la mañana, hacer negocio, hacerse fotos y vídeos con la mayoría de jugadores y demostrar que los que mandan son ellos. Si los aficionados de a pie estaban al otro lado de la valla, tal y como dice la seguridad de la Juve, ellos campaban a sus anchas, megáfono en mano e insultando a todo aquel que les venía en gana, principalmente a los periodistas. Incluso a aficionados de la propia Juve que se quejaban de los privilegios que tenían y a los que rápidamente devolvieron a su sitio bajo amenazas.
Lucieron petardos, bengalas y todo tipo de artefactos mientras los jugadores salían a manera cuentagotas. Mientras alguno como Marchisio hasta se grabó un vídeo con ellos, otros como Pogba, Morata o Llorente apenas prestaron atención a su presencia. Marotta, director general de la Juve, hasta se bajó del coche para confundirse con ellos.
Durante las cuatro horas que estuvieron acompañados en la puerta de la sede de la Juve, tuvieron tiempo de vender balones y camisetas firmadas por los jugadores, demostrando a todo aquel que lo quisiera ver, el control que ejercen de la situación.
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