En la Bundesliga los aficionados no van al estadio para ser solo observadores pasivos. Muy por el contrario, ellos participan activamente desde la tribuna con coreografías a veces más llamativas que el partido mismo.
Pero antes de que esa voz de los aficionados se pueda escuchar hay que superar muchos retos logísticos y financieros. Para empezar, las coreografías que se ven en la Bundesliga deben contar con el visto bueno del club en cuyo estadio serán presentadas.
Esto implica la necesidad de una fluida comunicación entre los equipos alemanes y sus hinchas, quienes presentan una idea que solo podrán realizar al recibir la autorización pertinente, lo cual ocurre regularmente dos días antes del partido.
Lo que viene después es un duro trabajo manual: recortar cartón de colores, pintar las pancartas, elaborar y sacarle fotocopias a la descripción de la coreografía, y organizar el transporte. Apenas pocas horas antes del juego es posible iniciar el montaje en el estadio.
Allí, en la tribuna escogida para ejecutar la coreografía, se reparten silla por silla los cartones que cada asistente al estadio deberá levantar de la forma y en el momento descrito en las instrucciones que los acompaña.
Usualmente todo funciona a perfección, y el arduo trabajo que los aficionados invirtieron en la coreografía, que en vivo solo dura segundos, queda grabado para siempre en imágenes como estas que les presentamos a continuación.
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