Salieron muy pronto por la mañana para hacer el último camino de esta Liga, en una demostración de fe a la altura del reto que se planteaba, y al final consiguieron el objetivo: una victoria holgada, los resultados oportunos en otros campos y la clasificación para el play off en el último suspiro.
La afición de Osasuna estuvo con el equipo en la última aventura de la Liga y volvió a enseñar el temple mostrado desde muy pronto, desde el primer compromiso del campeonato: en el partido del sol y playa en Palamós, en la multitudinaria salida a Vitoria, con los atrevidos de Zaragoza, entre la niebla de Ponferrada, congelados en Soria o Leganés, con ambientazo en Huesca, debajo del chaparrón en Córdoba, señalados en Lugo, sin horas de descanso tras Tarragona, en cualquiera de los otros destinos... En todos los terrenos y trances del equipo, los seguidores rojillos han desplegado su apoyo constante y ayer, en el Carlos Tartiere, antes por la ciudad, no fue menos.
Más de 600 aficionados de Osasuna se dieron cita en esta andanza final del calendario, tras más de 400 kilómetros de viaje de ida. Antes de llegar a la ciudad, algunos autobuses en los que viajaban aficionados de Osasuna fueron parados en la carretera por agentes de la Guardia Civil. Al parecer se realizaron algunos registros pero no hay constancia de ninguna incidencia importante.
Ya en el estadio, el recinto es un escenario relativamente nuevo con el nombre antiguo, un campo bonito en el que caben de sobra los de casa -hay sitio para 30.000-, que son también muchos alrededor de este club histórico, y en el que hay sitio para que puedan estar cómodos los visitantes. Los hinchas rojillos se dejaron notar de sobra, a pesar de la animadversión de algunos seguidores locales por estas historias antiguas que tejen las relaciones entre los clubes y que, 15 años después y se verá hasta cuándo, enredan en la paz.
Los aficionados de Osasuna, en Oviedo desde poco más tarde del mediodía, se dejaron oír y ver en las zonas típicas de disfrute de la ciudad y, por supuesto, en el Bulevard de la Sidra, una calle en cuesta o pendiente según se ofrezca el cuerpo a la gravedad, donde el trasiego de la bebida típica asturiana resulta constante y el coste económico. Algunos ayer aguantaban casi de todo. Los hinchas de Osasuna tuvieron tiempo de sobra hasta la hora del partido y algunos también se dejaron caer por el hotel de concentración del equipo. Buena sintonía con los parroquianos, también con algunos que cayeron con las camisetas del Oviedo, que para eso jugaban en casa, y ambiente in crescendo conforme la tarde avanzaba y había que seguir con estas serias determinaciones de mantener el tipo y continuar con la fiesta. A las cuatro de la tarde, más o menos, sonó el Riau riau por el Boulevard de la Sidra y algunos dejaron sidra y cachopo para continuar con la melodía en pie.
Miembros de la Peña 9 de Julio, de la Peña Roberto Torres, el factótum de Gorriak on Tour y otras caras conocidas del osasunismo viajero se dejaron ver antes del partido por donde se cocía el ambiente. La llovizna matinal dio un rato de tregua al inicio de la tarde para afrontar con algún rayo de sol lo que venía después.
Más o menos tempraneros acudieron los seguidores rojillos hasta el estadio Carlos Tartiere para iniciar y no parar con los ánimos al equipo. En el partido hubo momentos para todo, aunque los nervios tuvieron su protagonismo. Hasta el final de todos los partidos. Al final del desenlace, como es de obligado cumplimiento, los jugadores de Osasuna devolvieron los ánimos a la afición. Hasta el final unos con otros, aunque ahora toca la promoción.
LOS DATOS
En el lugar típico. Los hinchas de Osasuna se dieron cita en uno de los lugares típicos de Oviedo, el Boulevar de la Sidra.
Un Riau riau. A las cuatro el 6 de julio y ayer, 4 de junio, se volvió a entonar en la calle de las sidrerías la emblemática canción que se ha asociado ya a los estímulos del hincha a Osasuna.
Buena sintonía. El ambiente por la ciudad fue de complicidad y buena relación con los ciudadanos.
Nervios al final. Terminó el partido entre Oviedo y Osasuna antes que los demás, y hasta que no concluyeron todos no se desató la euforia, que luego fue mucha por lograr la plaza.
La directiva aplaude a los hinchas. Salvo Alfonso Ramírez, acompañaron al equipo el presidente y el resto de directivos. Al final del encuentro, los dirigentes aplaudieron desde el campo a los aficionados rojillos.
LOS AFICIONADOS
600
Fueron los aficionados de Osasuna que se dieron cita ayer en Oviedo para el último partido de la Liga regular. Ahora toca promoción.
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