Banderas requisadas, cacheos arbitrarios, amenazas nada veladas y agresiones ante la pasividad de la policía. Este era el escenario que habían de superar los aficionados del Espanyol en su viaje a Bilbao para asistir al partido de ida de semifinales de la Copa del Rey entre el equipo local, el Athletic, y el club de la Ciudad Condal.
Numerosos hinchas del equipo catalán han denunciado que la policía autonómica de País Vasco, la Ertzaintza, detuvo varios autocares españolistas en un área de servicio a unos 30 kilómetros de Bilbao, procedió a cacheos "indiscriminados", requisó las bufandas y banderas que portaban los colores de España y justificó su actitud con el argumento de que en San Mamés no están permitidas las banderas de España porque son "provocativas e incitan al odio". "Las banderas de España están prohibidas en San Mamés", insistían los agentes ante las quejas de los seguidores del club blanquiazul.
Al igual que los Mossos d'Esquadra, la policía vasca se limita a cumplir órdenes políticas y las banderas españoles están proscritas en los campos de fútbol catalanes y vascos. Ocurre en el feudo del Espanyol, en el que los mossos criban la entrada y retiran las bufandas con símbolos o colores españoles, y pasó también en el nuevo San Mamés, con el agravante de que además del acoso policial los socios y simpatizantes españolistas sufrieron las agresiones de la facción Herri Norte del club vizcaíno ante la pasividad "cómplice" de los policías vascos. Así lo han explicado a este diario algunos de los aficionados españolistas que se encontraron con grupos de ultras del Athletic de Bilbao merodeando en actitud nada amistosa por los principales hoteles de la ciudad vasca.
El autobús en el que viajaban los jugadores blanquiazules fue la diana de la pedradas de los radicales del Athletic, pero también los aficionados que portaban los colores del Espanyol, acosados en los alrededores del campo por grupos en actitud violenta que desfilaban por delante de los agentes de la Ertzaintza sin que sus atavíos, armas arrojadizas y objetos punzantes provocaran la más mínima intervención policial. En cambio, los colores rojo y amarillo eran un imán para la policía vasca, afanada en requisar cualquier prenda que portara tales tonalidades.
Y si fue complicado para los españolistas acceder al nuevo San Mamés, más complicada resultó aún la salida del campo vasco tras el empate a uno que deja la eliminatoria favorable al equipo catalán. El hecho de que el marcador pudiera haber sido más abultado a favor del cuadro condal soliviantó más los ánimos de los radicales vascos, que se dedicaron a cazar españolistas.
En las redes sociales, algunos aficionados del Barça se ufanaban de haber agredido en Bilbao a una pareja de novios del Español. En la red social Twitter, un ultra del Barça se vanagloriaba de haber "apalizado" junto a "dos amigos" a un seguidor del club barcelonés y de haber dejado a su novia "tirada en el suelo sangrando".
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