Un penalti transformado por Luan a los 81 minutos le dio la victoria al Vasco da Gama frente al Fluminense, en un accidentado derbi precedido por la detención de 87 aficionados por enfrentamientos en los alrededores del estadio Engenhão y que acabó con nuevas peleas entre hinchas de los dos clubs y la detención de al menos otros 50.
Joao Fiorentini, teniente coronel responsable de la seguridad en el estadio, admitió que las peleas comenzaron en una estación de tren cercana y se extendieron por las calles adyacentes. Las autoridades de Río habían mostrado su disgusto por no disputarse como estaba previsto el encuentro en el estadio Maracaná debido al desacuerdo entre las directivas de los dos clubs en la ubicación de sus aficionados en las gradas.
La policía intervino con bombas de humo y balas de goma mientras aficionados radicales de los dos clubs se enfrentaban con piedras y barras metálicas. De acuerdo a fuentes de la autoridad no se registraron heridos graves antes del partido, en que 87 hinchas fueron trasladados a diversas comisarias para prestar declaración.
A la conclusión del partido, al que asistieron según informó la directiva del Fluminense 8.658 aficionados, volvieron a producirse incidentes cuando los fans del Vasco celebraban la victoria y fueron atacados por radicales del Flu, lo que provocó nuevamente la intervención policial y la detención de al menos 50 personas.
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