El ministerio del Interior italiano incrementará la seguridad en Roma mediante la vía legislativa y con el traslado de 500 militares, una decisión que llega tras los destrozos provocados por los ultras del Feyenoord holandés.
Así se lo hizo saber el titular de Interior, Angelino Alfano, al regidor romano, Ignazio Marino, con quien se reunió esta mañana para analizar la situación en la capital, cuya seguridad y orden público es "una prioridad nacional", reza un comunicado del Ministerio.
Por esa razón, Interior trabaja ya en la elaboración de una ley para "combatir la degradación urbana y asegurar el derecho a la vida segura en las ciudades italianas".
En el curso de la reunión Alfano ha comunicado formalmente a Marino la llegada de 500 militares a Roma, que se añadirán a los 800 ya presentes.
El alcalde ha instado al ministro a elaborar "una estrategia para la capital que sea capaz de aumentar la seguridad percibida no solo en el marco de eventos extraordinarios sino también en el día a día".
El jueves, día del encuentro entre el Feyenoord y el A.S Roma en Liga Europa, los ultras visitantes provocaron numerosos destrozos a su paso por las calles capitolinas.
El suceso que más indignación ha suscitado han sido los daños infligidos a la fuente de la Barcaccia, obra de Gian Lorenzo Bernini y situada nuevamente en la céntrica Plaza de España hace pocos meses después de someterse a un proceso de restauración.
La avalancha de ultras y la incapacidad de las autoridades italianas de impedir los daños, también a vehículos y mobiliario urbano, ha abierto el debate sobre el nivel de seguridad en la capital italiana.
En declaraciones a "La Repubblica", Marino culpó al delegado del Gobierno y al jefe de la Policía romana del suceso.
"No es aceptable que los protocolos de seguridad no hayan estado en condiciones de proteger los monumentos, tiendas, turistas y a la gente de Roma. El delegado del Gobierno y el jefe de la Policía no han estado a la altura de las circunstancias", lamentó.
"Pido que la seguridad en nuestra ciudad sea organizada de tal modo que cada romano pueda pasear cerca del Coliseo del mismo modo que lo hizo (el presidente de Estados Unidos, Barack) Obama (en marzo de 2014)", reclamó.
También se debate sobre quién asumirá los costes de la rehabilitación de la Barcaccia y del resto de desperfectos, que se estima que puedan alcanzar los 3 millones de euros.
En este sentido el regidor romano recordó el principio de "quien rompe paga" por lo que, a su juicio, debe correr a cuenta del Feyenoord y del Estado de Holanda.
El portavoz de la embajada holandesa en Italia, Aart Heerling, dijo en declaraciones a los medios que "Holanda hará lo posible para ayudar a identificar a los culpables, de modo que puedan resarcir los daños".
Sin embargo aclaró que están de acuerdos con el alcalde en que el daño debe ser pagado por su responsable por lo que "deben pagar los culpables, no el Gobierno" holandés.
El presidente de la Federación italiana de Fútbol, Carlo Tavecchio, aseguró este sábado que solicitarán "a los organismos internacionales como la Fifa o la Uefa que contribuyan en la restauración de los daños para poder recuperar una imagen limpia del fútbol".
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