El alcalde de Roma, Ignazio Marino, ha pedido a la Federcalcio que organice un amistoso Holanda-Italia en Rotterdam. Quiere destinar el dinero que deje el partido para reparar los desperfectos causados en la Fontana de la Barcaccia, de Bernini, por los ultras del Feyenoord. “Lo que rompe el fútbol, que lo pague el fútbol”, ha dicho Marino.
Ultras holandeses causaron graves desperfectos en los monumentos de la Piazza di Spagna, en Roma. Uno de los más afectados fue la fuente de Bernini. “Los desconchones y rotos permanecerán en la fuente, mientras que los gamberros que los hicieron pasaran a ser invisibles con el tiempo”, dijo el superintendente de Bienes Culturales de Roma, Claudio Parisi. Los ultras holandeses causaron los destrozos al enfrentarse a los Carabinieri, a los que lanzaron botellas, piedras y bengalas durante las horas previas al Roma-Feyenoord de la Europa League.
El presidente de la Federcalcio, Marco Tavecchio, confirmó que “trataremos de sacar adelante la idea del alcalde de Roma”. Tavecchio, que cumple una condena de seis meses de inhabilitación en la FIFA por comentarios racistas (“En Inglaterra miran si un futbolista sabe jugar; aquí viene de comer plátanos en su país y en dos días es titular en el Lazio”, dijo), advirtió sin embargo que “en la Federación holandesa no se han tomado la iniciativa con mucho entusiasmo”.
Pero las ganas que le faltan a la Federación de Holanda son las que le sobran al alcalde de Rotterdam, el marroquí Ahmed Aboutaleb, quien ha dicho que se solidariza con Marino. “Me parece una buena idea, y sobre todo algo justo. Tiene todo mi apoyo”. No ha sido el único apoyo que ha encontrado el alcalde de Roma, quien ha recibido “decenas de cartas de jóvenes holandeses que quieren hacer donaciones para reparar los monumentos de Roma. Los romanos les estamos agradecidos. Gestos así nos emocionan”.
El problema ahora es encontrar una fecha para el ‘Partido de Bernini’, como ya le llaman en Italia. La Squadra Azzurra tiene todas sus fechas ocupadas, y también Holanda (que recibirá a España en Ámsterdam el día 31 del mes que viene). Pero Marino insiste: “Si hay voluntad de reparar los daños, se encontrará el día”.
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