El Deportivo regresó ayer a los entrenamientos tras la derrota en Getafe en un ambiente mucho más tenso de lo habitual, por la presencia en Abegondo de un grupo de unos veinte aficionados, que increparon a un sector de la plantilla en el momento de su retirada a los vestuarios.
Las reacciones de los seguidores se dividieron entre los aplausos a algunos futbolistas, como Álex Bergantiños y Riki, y los insultos a otros jugadores por su rendimiento en las últimas semanas, después de unos resultados que han llevado al Deportivo al último puesto de la Liga.
La tensión aumentó en el momento en el que José Sambade, preparador de porteros, subió a la grada en la que estaban los aficionados para cuestionar su actitud y solicitar su apoyo para ayudar al equipo a salir de la situación en la que se encuentra. Con los ánimos caldeados, Marchena y uno de los readaptadores físicos también se acercaron a esa zona para tratar de poner un poco de calma, aunque finalmente el incidente no pasó de los insultos y tanto el defensa andaluz como los dos empleados del Depor accedieron a los vestuarios sin problemas.
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