Varios cientos de millones de euros han dependido de sus manos. No estamos hablando del todopoderoso agente de futbolistas, Jorge Mendes, sino de Fernando Manso, un humilde conductor de autobuses que ha sido el ángel de la guarda de 'galácticos' como Cristiano Ronaldo, David Beckham o Zinedine Zidane. Este chófer, que también ha transportado a los jugadores de 'La Roja', ha velado por la seguridad de las estrellas madridistas durante 14 años circulando por las carreteras de media Europa en busca de nuevos títulos. Ahora, el conductor del club 'merengue' se ha retirado y ha publicado 'Historias del autobús del Real Madrid' donde relata un episodio que pudo costarle la vida a los integrantes de la plantilla.
El ex presidente del Real Madrid, Ramón Calderón, fue el primero en indicarle a Fernando Manso cuánto costaría una imprudencia suya al volante. "Fer, que sepas que aquí llevas 400 millones de euros en el autobús", le espetó el ex mandatario madridista al conductor durante uno de los traslados del equipo en autobús. Razón no le faltaba a Calderón. Gracias a la habilidades automovilísticas de Manso se evitó una tragedia de dimensiones catastróficas. "Tengo que dar gracias a Dios porque no he tenido grandes sustos al volante del autobús del Real Madrid. El caso es que el mayor susto que nos llevamos con el autobús fue motivado por uno de estos coches que se cruzaban con nosotros por el camino", comienza a relatar Manso refiriéndose a aquel día de la temporada 2002/2003 que un BMW con lunas tintadas trató de sacar de la carretera al autobús 'blanco' cuando se dirigían hacia Zaragoza en tiempos de Vicente del Bosque. En ese vehículo transportaba a ilustres nombres como Iker Casillas, Ronaldo, Zidane o Raúl González.
Según relata el chófer, a 50 kilómetros de la ciudad maña un coche comenzó a seguirles y se vio obligado a trasladarle su preocupación a Eduardo, el miembro de la seguridad privada del Real Madrid que siempre acompañaba a bordo a la plantilla. El vehículo les adelantó, se echó bruscamente a la derecha y empezó a frenar poco a poco. Manso tuvo que levantar el pie del acelerador y hace gala de sus reflejos. "Este nos va a intentar sacar de la carretera", le llegó a comentar el jefe de seguridad de la expedición madridista.
"El BMW se echaba a la izquierda y nos dejaba pasar para luego volver a adelantarnos y frenar. Lo repitió unas cuantas veces. En una de ellas, se echó a la derecha apenas a dos metros del morro del autobús. Tuve que frenar y me obligó a dar un volantazo y caminar varios metros metido en el arcén", rememora el ex empleado de la compañía Esteban Rivas que ha monopolizado durante años los transportes 'futboleros'.
Fue tan violenta la maniobra del conductor para sortear la catástrofe que los jugadores pronto se percataron y achacaron la maniobra a un despiste de su conductor. "Fer, de vez en cuando ve por la carretera", le llegó a decir Fernando Hierro sin conocer la gravedad del asunto.
El responsable a bordo de la seguridad del Real Madrid decidió apuntar la matrícula del automóvil y llamó a Julio Cendal, el jefe de seguridad del equipo, en busca de auxilio. Él tenía como costumbre esperar junto a un coche de la Guardia Civil de tráfico a unos 30 kilómetros de entrar en la ciudad de destino para que el autobús ya fuese escoltado hasta el centro de la urbe.
"Julio, tenemos un coche que está conduciendo de forma temeraria delante nuestra. Lleva así bastante tiempo y nos ha intentado echar de la carretera", le dijo el miembro de seguridad que viajaba con los jugadores a Cendal. El autobusero explica cómo en ese momento algunos futbolistas comenzaron a preocuparse por la situación.
Fue entonces cuando Toni Grande, ayudante inseparable de Vicente Del Bosque, se dirigió al chófer con determinación. "Si te sigue tocando los huevos, te lo llevas por delante", le dijo a Manso. Del Bosque, que viajaba solo en dos asientos como de costumbre, guardaba un sepulcral silencio y no se creía lo que estaba aconteciendo.
El BMW, después de intentar sin éxito expulsar al bus de la calzada, aceleró y continuó hacia adelante. La Guardia Civil, tras recibir el aviso de la comitiva madridista, interceptaría el vehículo a la entrada de Zaragoza y detuvieron a los dos jóvenes que iban en su interior. En su maletero llevaban palos y bates de béisbol. "Pasé un mal rato. No han sido los únicos que achucharon el autobús, pero desde luego, no hasta llegar el extremo de tener que tirarme al arcén para evitar la colisión", cuenta Manso, que desde aquel episodio tuvo que seguir un protocolo de seguridad.
"Desde aquello teníamos orden de apuntar las matrículas de todos los coches que, de alguna u otra manera, nos pusieran en peligro. Y así lo hicimos las ocho o diez veces que nos ha pasado una situación similar", rememora el chófer que ha 'ganado' con el Real Madrid 14 títulos, uno menos que el mismísimo Iker Casillas.
Ya con Mourinho, otro joven fue multado cuando comenzó a cruzarse delante del autobús en plena ruta del vehículo hacia el Santiago Bernabéu. "Eduardo apuntó la matrícula del coche, mientras Mourinho y Ruí Faría le increpaban", expresa Manso que guarda un grato recuerdo del técnico portugués.
30 lunas rotas y dos intentos de quemar el bus
Según cuenta el conductor, en sus 14 años al servicio del primer equipo su vehículo ha vivido hasta 30 roturas de lunas y dos intentos de quema del autobús. La Coruña, Valencia y Sevilla eran las 'plazas' más calientes para el Real Madrid. "En dos ocasiones, en Sevilla intentaron quemar el autobús. Después de dejar al equipo en el Sánchez Pizjuán, aparcábamos el coche en el parking de la estación del AVE en lo que terminaba el partido. Pues bien, estando un día mi compañero y yo dentro del coche colocando los bocadillos de los jugadores, una piedra impactó en la luna trasera y la reventó por completo. A continuación, cayeron dos bengalas en el interior del coche. Una se había apagado al entrar, pero la segunda sí entró encendida. Mi compañero salió corriendo, la cogió y la sacó a la calle. De no estar nosotros allí, y teniendo en cuenta que los asientos eran de cuero, el autobús se hubiese incendiado", asegura el chófer.
Manso también recuerda cómo algunos galácticos como David Beckham sufrieron serios ataques por parte de los ultras rivales. "En Sevilla la emprendieron contra el autobús lanzando piedras, mecheros y hasta bolsas de hielo. Incluso, cayó una bola de billar que buscaba la cabeza de Beckham. A él no acertaron a darle, pero a mí sí. Rebotó en el bus y me impactó en la cabeza, provocándome una brecha", subraya Fernando Manso que también rememora cómo una vez Roberto Carlos y Ronaldo se tuvieron que tirar al pasillo para evitar el impacto de objetos cuando se dirigían al estadio del Deportivo de La Coruña.
Después de vivir todas estas experiencias de riesgo, al conductor le espera, sin duda, una merecida jubilación donde podrá recrearse en sus recuerdos junto a las estrellas del Real Madrid. Algunos de ellos nunca podrá confesarlos en un libro.
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