Los 16 presuntps skins de ideología neonazi acusados de intentar asesinar a dos jóvenes en un recital antifacista en Manresa el 23 de marzo del 2012 se han sentado hoy en el banquillo de los acusados en una sala de la Audiencia de Barcelona. En la primera sesión del juicio, la fiscalía ha solicitado la prórroga de la prisión provisional de 10 acusados, que fine a mediados de este mes, y se han tratado cuestiones de índole jurídico.
Las defensas han pedido anular las intervenciones telefónicas que, según el fiscal, demostrarían que los procesados pertenecen a un grupo organizado, y otras diligencias de investigación, entre ellas la localización ordenada por el juez de los titulares de centenares de teléfonos móviles que fueron utilizados en el lugar de los hechos cuando ocurrió la agresión. Los magistrados de la Sección Tercera han acordado que resolverán este aspecto en la sentencia. Si que han admitido nuevas pruebas solicitadas por el fiscal, como la declaración de mossos d'esquadra.
Antes de comenezar el juicio, los abogados defensores de los procesados se reunieron ante la posibilidad de llegar a un pacto con las acusaciones para aceptar una pena y que no se celebrase el juicio. Sin embargo, los acusados, que hay entregado 97.000 euros para indemnizar a las víctimas de su ataque, se negaron a pactar con la fiscalía codena superiores a los 10 años de cárcel. Está previsto que mañana empiecen los interrogatorios de los imputados, varios de ellos miembros de partidos de la extrema derecha o de Plataforma per Catalunya, y que afrontan penas de hasta más de 30 años de cárcel por la "cacería" que organizaron en marzo del 2012 a las puertas de un concierto de grupos punk atifascistas en la sala Stroika de Manresa.
Concentración ultra
Los neonazis, que llegaron a Manresa desde distintas poblaciones de Cataluña en una acción que la fiscalía considera perfectamente planificada, pretendían supuestamente vengarse por las lesiones que sufrió un militante del partido de ultraderecha Movimiento Social Republicano por parte de un grupo de antifascistas en un concierto celebrado el 12 de octubre de 2011 en Barcelona.
Según la tesis de la acusación pública, precisamente en venganza por el ataque de Stroika actuaron después los jóvenes que fueron detenidos el pasado mes de marzo en el edificio ocupado Can Vies por la agresión a un grupo de "ultras" ocurrida el pasado 12 de octubre en Barcelona.
El fiscal sostiene que el grupo de skins, armados con barras de hierro, puños americanos y bengalas, acudieron a la "cacería" organizados por su líder, Javier C., que fue candidato en las elecciones autonómicas de 2003 por el partido ultraderechista MSR y en abril de 2010 participó en un altercado frente a una mesa de consulta independentista de Viladecavalls (Barcelona).
Según el fiscal, los procesados integraban una banda que tenía como objetivo difundir la ideología neonazi mediante el uso de la violencia y, además de a partidos ultras, varios de sus miembros pertenecían a grupos radicales de fútbol, como los Cusos (sección del Ultra Sur en Catalunya) y las Brigadas Blanquiazules.
El tribunal ha resuelto que las víctimas de la agresión, así como el resto de los testigos protegidos, declaren en las sesiones finales del juicio, dado que, ha afirmado el magistrado presidente, les ha llegado que están "nerviosos y preocupados" por su inminente interrogatorio.
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