La pasión no entiende de afrentas, de rachas o derrotas. Ser de Las Palmas es para muchos una entrega sin condiciones, a las duras y a las maduras, porque es el corazón el que impone las razones. Así piensa, entre otros muchos, Sergio Maccanti, un aficionado entregado a la causa amarilla que durante el curso ha removido cielo y tierra para llenar de color las gradas del Gran Canaria y arropar con ánimos el juego de los futbolistas, ya fuera en casa o en la carretera. Confeti, mosaico y bolsas de amarillo para cubrir el gris cemento del recinto de Siete Palmas. El ingenio de este abonado, reconocible desde cualquier punto del estadio por la bandera que enarbola en la grada Sur, no para de carburar. Ahora pide un último esfuerzo, en el todo o nada. Un intercambio barato que implica solo 360 minutos de apoyo incondicional y el mejor ambiente para disfrutar de una vida nueva en Primera división.
"Ya habrá tiempo de hacer majo y limpio pero ahora hay que luchar por el equipo". Sergio Maccanti admite ser uno más entre los aficionados dolidos pero entiende que sin el apoyo de la grada no existe opción al triunfo. "Lo importante era ascender directo y no se pudo pero ahora se presenta una segunda vía y no podemos dar la espalda al equipo en este momento", sostiene un aficionado que reconoce que, ante la trayectoria del equipo amarillo en la última década hubiera firmado esta situación, como sexto clasificado, en el inicio del curso y con los ojos cerrados.
"Aquí, ahora, no le tenemos miedo al Sporting, al Murcia o al Córdoba pero sí a que tanto los jugadores como la afición no estemos a la altura de lo que nos jugamos", expone este seguidor fiel que entiende que el partido más importante de los últimos 12 años se disputa este miércoles en el Estadio de Gran Canaria y "el ambiente debe ser igual o superior al del día del derbi, no solo en el número de asistentes sino en colorido y afición".
Maccanti entiende que la UD ha fallado durante la temporada y sostiene que estos errores deben analizarse durante el verano y, por consiguiente, depurar responsabilidades y tomar medidas para que no vuelvan a producirse. "Pero yo estoy convencido de que al final vamos a ascender y esto pasa porque ni en Gijón ni en Murcia o Córdoba tengan más ganas por ascender de lo que tenemos nosotros", expone éste antes de añadir, "pero eso hay que demostrarlo y con 8.832 aficionados, que se comportan como lo hicimos nosotros el sábado pasado, no se demuestra".
Maccanti lamenta la fuga de aficionados del estadio desde la disputa del derbi. "Tras el chispazo de Vicente Gómez con más de 31.000 personas se pasó a la catástrofe de Valdebebas y en el partido contra el Recreativo de Huelva había solo 9.000 aficionados y uno se pregunta si de verdad la gente de Gran canaria quiere el ascenso", valora antes de señalar a los datos de asistencia como un aval escaso en un entorno que pretende promocionar. "La UD somos nosotros. Los jugadores pasan pero ahora el escudo está herido porque le falta el alma de sus aficionados y mientras en Gijón se sienten en Primera. Por eso digo que vienen 360 minutos en los que hay que animar y éste es un trato barato a cambio de una vida nueva en Primera", finaliza.
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