Una de las preocupaciones de los dirigentes granas es el partido de vuelta en el Municipal de Llagostera, un estadio con una capacidad de 1.400 espectadores que deberá dar cabida a una Marea Grana que en Sestao, a 547 kilómetros de Tarragona, alcanzó los 600 seguidores.
El Llagostera dará facilidades a los aficionados granas, pero dentro de un límite ya que tampoco están dispuestos a que los hinchas visitantes superen a los locales.
En este sentido, es previsible que el club gerundense instale detrás de una de las porterías una grada supletoria, destinada a los aficionados del Nàstic, con una capacidad de alrededor de 700 espectadores, como ya hicieron en el partido de Copa del Rey ante el Valencia o en la eliminatoria de campeones con el Racing de Santander. Teniendo en cuenta que es la final del play-off y que el conjunto grana podía vivir un día histórico, pocos seguidores querrán perdérselo y previsiblemente la demanda de entradas para el partido de vuelta superará las 700. Lluís Fàbregas, director general de la entidad, apuntó a que los socios «tendrán prioridad», mientras que el resto de aficionados deberán entrar en una lista de espera.
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