El Dépor pasa horas complicadas. Después de la deprimente derrota en Getafe, la primera sesión de trabajo para preparar el trascendental partido contra el Granada (sábado, 22 horas, en Riazor) dejó a las claras que el ambiente no es el mejor.
Unos 30 aficionados que siguieron la sesión de trabajo del Dépor increparon a algunos de los futbolistas cuando se retiraban a los vestuarios. Mientras que Riki o Manuel Pablo recibían elogios, otros como Pizzi, Bruno Gama y Zé Castro fueron objetos de críticas. También el entrenador de porteros, José Sambade, fue increpado, pero este no se quedó quieto y reaccionó subiendo a la grada e intentando hablar con los seguidores. A Sambade se le unieron brevemente Marchena y un readaptador físico del Deportivo. Finalmente, el preparador de porteros se retiró al vestuario entre insultos y gritos, sin que la cosa fuera a mayores.
Es la segunda vez esta semana que los futbolistas del Dépor escuchan críticas de su afición. Un grupo de seguidores increpó a los blanquiazules cuando abandonaban el estadio del Getafe.
Tras el entrenamiento, otro grupo de aficionados se dio cita en la parte trasera de la sede del club, en la plaza de Pontevedra, profiriendo consignas en contra de Lendoiro, así como a favor de la cantera y en contra de la acumulación de portugueses. Los hinchas, unos quince, portaban un megáfono, un tambor y una vuvuzela, por lo que se formó un pequeño revuelo en la concurrida avenida de Rubine.
Reunión con el entrenador
En Abegondo Domingos Paciência se reunió antes del entrenamiento de ayer con los capitanes del Dépor para preguntarles por la situación de proceso concursal del club. Manuel Pablo, Valerón y Riki reconocieron al técnico que la plantilla lleva sin cobrar desde septiembre y que no sabe cuándo volverá a hacerlo.
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