El pobre espectáculo que brindó el duelo entre Holanda y Argentina sobre el terreno de juego contrastó con lo que sucedió en la tribuna en un "cotejo" que nada tuvo que ver con los holandeses y que sólo acrecentó más la rivalidad entre argentinos y brasileños.
Si el "pique" entre ambas aficiones sudamericanas ya era grande a lo largo de la Copa del Mundo, los duelos de Semifinales lo acrecentaron aún más y sobre todo la goleada que el martes se llevó Brasil ante Alemania en el Estadio Mineirao de Belo Horizonte que significó la eliminación del cuadro Verdeamarela.
Desde su llegada a la Arena Sao Paulo, los aficionados albicelestes comenzaron a corear el cántico que se ha vuelto su "himno" en tierras brasileñas "Brasil decirme qué se siente..." y que por momentos cambiaba el "siente" por el "siete".
Sin embargo, durante el transcurso del partido ante el cuadro tulipán y debido a la extrema precaución de ambos equipos sobre el terreno de juego, los argentinos comenzaron a componer canciones dedicadas a los "torcedores" brasileños que sólo recordaban el cruel 1-7 con el que fueron echados de su Copa del Mundo.
"Ahí están, ahí están, los que perdieron 7-1 de local", "¡Siete, siete, siete!" y "Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete" fueron los gritos de los seguidores argentinos en el lapso de 90 minutos poniendo un poco de ambiente a un partido que quedó a deber.
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