Souleymane S., de 33 años, se convirtió ayer en noticia muy a su pesar cuando vio la luz el vídeo en el que se ve a varios ultras del Chelsea impedirle acceder a un vagón del metro de París por el color de su piel. Hoy habla en el diario Parisien para pedir que sus agresores sean perseguidos y castigados por la justicia.
El hecho de que se hable del tema le ha dado el coraje de presentar la denuncia y acudirá también a asociaciones antirracistas.
"Estas personas, estos aficionados ingleses, deben ser encontrados, castigados y encarcelados. No se puede permitir que se salgan con la suya. No sabía que estaba siendo filmado, pero ahora me está dando confianza para denunciarlo ante la policía", asegura.
Souleymane recuerda cómo transcurrió el incidente y admite que no le sorpredió lo ocurrido. "Llevo años conviviendo con el racismo, aunque es la primera vez que me pasa en el metro. Yo quería entrar en el vagón, pero un grupo de aficionados inglese me lo impidió. En el forcejeo perdí el teléfono. Me decían cosas en inglés, pero yo no entendía demasiado. No hablo nada de inglés", relata.
"Comprendí que eran aficionados del Chelsea y lo relacioné con el partido que jugaban contra el PSG, también me di cuenta de que me estaban atacando por el color de mi piel. Me enfrenté a ellos durante un tiempo. Alguien se me acercó después y me dijo que habia sido valiente por plantar cara a ese tipo de personas. Creo que todo duró unos seis o siete minutos", recordó el ciudadano francés.
La víctima, que tardó en ver las imágenes que han dado la vuelta al mundo al no disponer de su teléfono móvil, recuerda también que "al final intervinó la seguridad del metro, pero solo para asegurarse de que no hubiera peleas y para reestablecer el funcionamiento de la línea". "Ningún pasajero salió en mi defensa", dice, aunque bien sabe que eso probablemente de poco habría servido. "En cualquier caso, ¿qué podíamos hacer?. Esperé el siguiente tren, me fui a casa y no se lo conté ni a mi mujer ni a mis hijos porque no serviría para nada".
El incidente, tras la difusión del vídeo ha tenido una enorme repercusión y varias investigaciones se han abierto simultáneamente, una de ellas, la de la justicia francesa. Las manifestaciones de repulsa se sucedieron a lo largo del día, incluyendo la del presidente de la FIFA, Joseph Blatter, y el Chelsea está trabajando para identificar a los radicales y, en caso de que sean socios del club, prohibirles la entrada a Stamford Bridge, para lo que ha pedido la ayuda de los aficionados.
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