Aficionados ultras del Celta y del Rayo Vallecano protagonizaron este sábado una multitudinaria pelea en los exteriores del estadio municipal de Balaídos, donde ambos equipos se enfrentaron en la vigésimo tercera jornada de LaLiga Santander.
Integrantes del grupo Bukaneros, peña radical del Rayo y hermanada con los Riazor Blues (aficionados radicales del Deportivo de La Coruña), se citaron con un grupo de Celtarras en la Praza da Miñoca para pelearse con palos, sillas, botellas y mesas de los bares de la zona.
La Policía Nacional está revisando todas las imágenes que han trascendido de la batalla campal para intentar identificar a las personas involucradas, pero por el momento no se han producido detenciones, según informaron a Efe fuentes de la policía.
La multitudinaria pelea se saldó con varios heridos, aunque ninguno de ellos graves pese a que uno de ellos, inconsciente en el suelo, recibió una patada en la cabeza, como se puede ver en uno de los vídeos que se han publicado en las redes sociales y ya están analizando las fuerzas de seguridad.
Por el momento no se han producido detenciones
Por desgracia, los incidentes violentos relacionados con seguidores ultras se producen periódicamente en el fútbol español. Recientemente, el autobús del Real Madrid fue atacado por radicales, llegando a romper una luna, en su llegada al estadio de San Mamés para jugar contra el Athletic, el mismo destino que sufrió el vehículo que transportaba al Atlético de Madrid al campo de la Real Sociedad el 19 de enero.
También condenable fue el lanzamiento desde la grada de una barra durante el Betis - Sevilla que llegó a impactar en el jugador Joan Jordán y que provocó la suspensión del partido de Copa. Sin embargo, los altercados más graves se han producido en los aledaños de los campos, antes o después de los partidos, con peleas multitudinarias.
Hace poco más de un año, en el enero del 2021, se tuvieron que lamentar dos batallas campales entre ultras. Los hinchas violentos de Valencia y Barça se pelearon, con lanzamiento de mobiliario urbano, cerca del estadio de Mestalla y en Cornellà se citaron para para pegarse los radicales del Athletic y el Espanyol.
Estas peleas se saldaron sin heridos graves, pero en la historia del fútbol se han tenido que lamentar muertes derivadas de estos encuentros violentos. La más reciente, en 2014, fue la de Jimmy, seguidor del Deportivo de la Coruña, que murió a orillas del río Manzanares tras involucrarse en una pelea entre los Riazor Blues y los ultras del Atlético de Madrid.
En 2003, Manuel Ríos Suárez, también aficionado del Deportivo de la Coruña, murió tras recibir una paliza por parte de seguidores del Compostela. Cinco años antes, Ricardo Guerra, ultra del Atlético, apuñaló y mató a Aitor Zabaleta, hincha de la Real Sociedad. Emiliano López Prada, Guillermo Alfonso Lázaro, Eufrasio Alcázar y Frédéric Rouquier son algunas de las otras víctimas en la década de los 90 en este tipo de enfrentamientos.
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