Los primeros minutos del partido entre el PSG y el Real Madrid dejaron claro que no iba a ser un encuentro cómodo para los madridistas. Como ya ocurrió en el último duelo que les enfrentó en el Parque de los Príncipes, el sector más agresivo del conjunto galo se hizo notar en el fondo donde habitualmente se suelen poner.
Las bengalas, que es un elemento prohibido por la normativa de la UEFA, se hicieron notar. En una de las esquinas del campo, justo en el lado defendido por los blancos, aparecieron las llamaradas y su consecuente humo.
A diferencia de lo que ocurrió en anteriores encuentros, la llovizna ligera que caía en París evitó que se produjese una neblina preocupante que interfiriese en la visión de los jugadores o desde la televisión.
Aunque no hubo que lamentar mayores problemas, ya que el protagonismo de los ultras se quedó en eso y en los canticos, la entrada de bengalas al partido deja claro que la seguridad del estadio no ha funcionado. En Francia, en especial pero no en exclusiva, no es la primera vez que aparecen los incidentes con los más radicales. Desde la UEFA intentan frenarlos como pueden, pero está claro que este tipo de sucesos no ayuda. El PSG puede arriesgarse a un aviso en forma de multa por parte de la federación europea si detectan que, efectivamente, la seguridad del Parque de los Príncipes no funcionó como debería.
En la última visita del Real Madrid, los ultras del PSG fueron protagonistas de manera mucho más ruidosa. La noche anterior al encuentro se acercaron al hotel para montar bulla que impidiera que los futbolistas blancos no pudieran descansar en condiciones.
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