Mientras el fútbol agoniza ante tanta violencia, un abogado presentó una denuncia contra el actual Director del Programa de Seguridad en Espectáculos Deportivos por incumplimiento de los deberes de funcionario público
El doctor Juan Manuel Lugones, abogado de la Familia Roussoulis, cuyo hijo Cristian fue asesinado en 1996 por la barrabrava de River, presentó la denuncia esta mañana en contra del funcionario, quien por estas horas es duramente criticado debido a los nulos resultados logrados durante su gestión en materia de seguridad en los espectáculos deportivos.Lo que se busca -además- es que se investigue si existió una "zona liberada" para que los dos grupos violentos se enfrenten en la popular de Vélez.Los incidentes tuvieron lugar antes del encuentro entre River, que hacía de local en el estadio de Liniers, y Arsenal. Entonces, dos grupos antagónicos de la misma barra se agarraron a golpes y con elementos contundentes, como cuchillos."En la Ciudad de Buenos Aires, en los últimos 9 meses se produjeron tres asesinatos vinculados al fútbol: Marcelo Cejas en Mataderos, Gonzalo Acro en Villa Urquiza y Emanuel Álvarez en el Bajo Flores.
A esto se suman cientos de heridos en distintos espectáculos futbolísticos por las internas de las barras. A esta altura, debemos pensar que los organismos de seguridad del fútbol son incapaces de parar la violencia o cómplices de lo que pasa", dijo Lugones en un comunicado.También sostuvo: "Tienen a los barras identificados, sus fotos, sus domicilios y saben quiénes los sostienen. Sin embargo, pareciera ser que se han dado como política dejar 'que se maten entre ellos' y no intervenir.
Es una burla a las víctimas de la violencia del fútbol escuchar, de parte de los responsables de seguridad, que los muertos y heridos en las canchas no son muertos del fútbol y de los barras"."De acuerdo a lo que cuentan los periodistas, todos sabían que en la cancha de Vélez iba a pasar algo y que vendría un enfrentamiento entre los sectores de la barra de River y, sin embargo, la Policía estuvo ausente en la tribuna; parecía una zona liberada", declara."
Hay que decir basta. Si los barrabravas se disputan un botín, ese botín es la caja de los clubes. No podrían existir barras sin los financistas, como los dirigentes, y sin organismos de seguridad que miren hacia otro lado", argumenta.Por último se pregunta: "¿Vale la pena seguir sosteniendo el negocio del fútbol, a costa de la vida y la salud de las personas?".
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