Poco antes de la nueve de la mañana se produjo un enfrentamiento entre los seguidores más radicales del Deportivo y del Sporting de Gijón. A esa hora alrededor de cuarenta aficionados de ambos equipos, relacionados con los Riazor Blues y los Ultra Boys, se enfrentaron con botellas e incluso con bengalas en la Ronda de Outeiro a la altura de la calle Barcelona, a donde acudieron efectivos de la Policía Nacional y varias ambulancias, que tuvieron que proceder a la detención de cuatro individuos, tres hinchas del equipo asturiano y otro del coruñés, además de atender a un herido de carácter leve.
El partido había sido declarado de alto riesgo por la Comisión Antiviolencia debido al masivo desplazamiento de aficionados del Sporting, pero especialmente por la presencia de los Ultra Boys, con los que los Blues mantienen un enfrentamiento desde hace años.
La rápida intervención de la Policía y la posterior custodia que realizó de los hinchas gijoneses hasta su llegada al estadio de Riazor evitó que se produjesen más incidentes durante toda la jornada. No fue el único momento conflictivo de este fin de semana, aunque sí el de mayor gravedad, pues a lo largo de la noche del sábado al domingo algunos seguidores visitantes provocaron algunos altercados en las zonas de copas de la ciudad, a la que llegaron antes del mediodía del pasado sábado.
Para evitar conflictos, las fuerzas especiales de la Policía decidieron acordonar de alguna manera la calle de Manuel Murguía, impidiendo que se circulase por la calzada, cuando en cualquier partido puede hacerse con normalidad hasta la hora en que se produce la apertura al tráfico rodado, que suele realizarse una hora después de finalizar los encuentros.
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