El Villarreal ha confirmado que, tras el desalojo de El Madrigal durante el partido del sábado ante el Celta debido al lanzamiento al campo de un bote de gas lacrimógeno, no hubo heridos graves y que se atendieron a quince aficionados.
Así, desde el club castellonense se confirma que en el centro médico que se instaló en el campo se atendió a once aficionados por inhalación del gas y por golpes. Además, otros cuatro fueron derivados a centro ambulatorios de las ciudad, entre los que se encontraba una familiar del jugador Javier Farinós, que sufrió una luxación en el brazo.
La mayoría de atendidos fueron por ataques de ansiedad y por los efectos del gas, a lo que se sumaron algunas caídas y golpes producidos durante el desalojo de los 14.195 espectadores que habían en el campo.
Desde el club se valora el desalojo del campo, ya que cumplió el protocolo de evacuación previsto, dejando las gradas vacías en apenas ocho minutos. El Villarreal también ha indicado que fueron los propios aficionados los que, al notar los efectos del gas, empezaron a abandonar el campo antes de que se anunciara por megafonía.
Desde última hora de ayer y a lo largo de la jornada de hoy, miembros del cuerpo nacional de policía de Villarreal y de Castellón, que son los que se han hecho cargo de la investigación, están visionando los vídeos de seguridad del campo para tratar de identificar al responsable del lanzamiento del bote lacrimógeno.
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