“Cuando un grupo minoritario de ultras empiezan a corear consignas intolerantes, el resto de aficionados no quieren que lo griten y claman continuamente 'No somos ellos'. Esto pasa ahora en campos donde tradicionalmente se aceptaba que los radicales pudieran gritar consignas apoderándose del ambiente del estadio. Esto se ha acabado. En Madrid, Sevilla, Cataluña, Valencia, País Vasco, Asturias, Santander... Se acabarán yendo porque no tendrán un lugar donde estar”, asegura Ana Muñoz, directora general del Consejo Superior de Deportes.
En el seno de un seminario organizado por la Liga de Fútbol Profesional, la presidenta de la Comisión Antiviolencia –un año sí y otro no, se turna con el Ministerio del Interior– atiende a Diario Gol y propone medidas para erradicar la violencia: “Los clubes tienen que adoptar medidas preventivas y de ámbito disciplinario, donde ninguna autoridad pública puede entrar. El derecho de admisión en los estadios es un instrumento que tienen los clubes para decir a sus aficionados que pueden entrar en los estadios a disfrutar, pero que no pueden entrar a reventar los partidos”.
Barça y Madrid, como ejemplos
“La pasión por los colores no puede llevar a la enajenación de unos aficionados que vulneran todos los principios de convivencia. Los clubes tienen que garantizar que habrá continuidad en las aficiones. Promueven medidas para que las familias sigan yendo al campo. Que los niños vayan con sus padres a pasar una tarde de fútbol”, analiza la directora del CSD, que también pide la complicidad de los medios de comunicación en esta batalla.
Muñoz, finalmente, recurre a la seguridad tanto del Camp Nou como del Bernabéu para hacer de modelos a seguir: “Ambos han sido pioneros en la adopción de medidas para sacar a los ultras de los estadios. A todos los clubes que buscan medidas para sacar a los grupos ultras les ponemos el Barça y el Madrid como ejemplos. Si ellos pudieron, que tienen unas aficiones mucho más magnificadas que el resto, significa que es posible. Pero tienen que querer”.
Reunión de autoridades encargadas de velar por la seguridad en el fútbol español. No faltan el Cuerpo Nacional de Policía, los Mossos d'Esquadra ni la Ertzaintza. Tampoco los directores de partido y coordinadores de seguridad de numerosos estadios de Primera División. Ni Aficiones Unidas, el grupo de aficionados al fútbol que tuvo la iniciativa de organizar el seminario sobre seguridad en el fútbol. Tras varios días debatiendo en Barcelona, se extraen varias conclusiones. La más contundente, que hay cuatro clubes en el punto de mira de Antiviolencia.
El Atlético de Madrid y el Deportivo de La Coruña están señalados desde la fatídica muerte del ultra Jimmy Romero. La presión de la Liga y los cuerpos policiales para que erradiquen la presencia de sus grupos de animación radicales de las gradas es casi obsesiva. Acabar con el Frente Atlético y los Riazor Blues es el principal objetivo.
El Camp Nou, más seguro la mayoría de estadios
Lo mismo ocurre con otros dos clubes de Primera, el Sevilla y el Rayo Vallecano. Los Biris y los Bukaneros, ambos con ideología de extrema izquierda como los Riazor Blues, son las otras dos facciones que más preocupan a las autoridades, según confesaron varias de las personalidades presentes en el Auditorio 1899 del Camp Nou, donde se celebró el seminario.
Lluís Miquel Venteo, coordinador de seguridad del FC Barcelona, afirmó, en cambio, que “el Camp Nou es un estadio muy seguro”. “No se registraron incidentes en el último clásico. Ahora mismo es uno de los estadios más seguros del fútbol español”, comentó a Diario Gol, antes de reconocer que los Biris del Sevilla y el Frente Atlético son los grupos radicales más problemáticos ahora.
“Los jugadores no se deben mezclar con los violentos”
Ana Muñoz, la directora general de deportes del CSD, también destacó que “hay cuatro o cinco grupos ultra a tener en cuenta”. “Yo no quiero identificarlos con los clubes, porque sería una injusticia enorme para el resto de aficionados, pero ningún club puede permitir que un grupo minoritario de aficionados se haga con los colores de su club para identificarlos con comportamientos violentos”. Es por ello que recuerda que hay otros grupos como los Yomus, Ligallo, Brigadas Blanquiazules, Boixos Nois y Ultras Sur que deben mantenerse controlados.
“Y lo mismo pasa con los jugadores, que tampoco pueden identificarse con comportamientos violentos de grupos minoritarios. Ni con cordones de colores, ni regalando camisetas ni reservando entradas. Los violentos quieren creer que son mejor mirados por los jugadores y no es verdad. Lo que quieren los jugadores es más aficionados”, sentencia Ana Muñoz.
Reunión de autoridades encargadas de velar por la seguridad en el fútbol español. No faltan el Cuerpo Nacional de Policía, los Mossos d'Esquadra ni la Ertzaintza. Tampoco los directores de partido y coordinadores de seguridad de numerosos estadios de Primera División. Ni Aficiones Unidas, el grupo de aficionados al fútbol que tuvo la iniciativa de organizar el seminario sobre seguridad en el fútbol. Tras varios días debatiendo en Barcelona, se extraen varias conclusiones. La más contundente, que hay cuatro clubes en el punto de mira de Antiviolencia.
El Atlético de Madrid y el Deportivo de La Coruña están señalados desde la fatídica muerte del ultra Jimmy Romero. La presión de la Liga y los cuerpos policiales para que erradiquen la presencia de sus grupos de animación radicales de las gradas es casi obsesiva. Acabar con el Frente Atlético y los Riazor Blues es el principal objetivo.
El Camp Nou, más seguro la mayoría de estadios
Lo mismo ocurre con otros dos clubes de Primera, el Sevilla y el Rayo Vallecano. Los Biris y los Bukaneros, ambos con ideología de extrema izquierda como los Riazor Blues, son las otras dos facciones que más preocupan a las autoridades, según confesaron varias de las personalidades presentes en el Auditorio 1899 del Camp Nou, donde se celebró el seminario.
Lluís Miquel Venteo, coordinador de seguridad del FC Barcelona, afirmó, en cambio, que “el Camp Nou es un estadio muy seguro”. “No se registraron incidentes en el último clásico. Ahora mismo es uno de los estadios más seguros del fútbol español”, comentó a Diario Gol, antes de reconocer que los Biris del Sevilla y el Frente Atlético son los grupos radicales más problemáticos ahora.
“Los jugadores no se deben mezclar con los violentos”
Ana Muñoz, la directora general de deportes del CSD, también destacó que “hay cuatro o cinco grupos ultra a tener en cuenta”. “Yo no quiero identificarlos con los clubes, porque sería una injusticia enorme para el resto de aficionados, pero ningún club puede permitir que un grupo minoritario de aficionados se haga con los colores de su club para identificarlos con comportamientos violentos”. Es por ello que recuerda que hay otros grupos como los Yomus, Ligallo, Brigadas Blanquiazules, Boixos Nois y Ultras Sur que deben mantenerse controlados.
“Y lo mismo pasa con los jugadores, que tampoco pueden identificarse con comportamientos violentos de grupos minoritarios. Ni con cordones de colores, ni regalando camisetas ni reservando entradas. Los violentos quieren creer que son mejor mirados por los jugadores y no es verdad. Lo que quieren los jugadores es más aficionados”, sentencia Ana Muñoz.
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