Un tribunal de Apelación sueco elevó hoy a diez meses de cárcel la pena al agresor de un hincha que murió en marzo del año pasado, antes de la disputa del partido Helsingborg-Djurgården de la máxima categoría del fútbol sueco.
El individuo, de 29 años, había sido condenado en junio pasado a ocho meses por agresión y por provocar la muerte de otra persona.
El fallo de Apelación consideró igualmente que hay un nexo causal “suficiente” en sentido jurídico entre la agresión y la muerte, “a pesar de que no se han podido determinar con seguridad las causas médicas del fallecimiento”, y rechazó que actuase en defensa propia.
El condenado deberá indemnizar además a la familia del muerto con 40.000 coronas suecas (unos 4.400 euros).
El individuo, un hincha del Helsingborg (sur de Suecia), se había presentado voluntariamente en comisaría dos días después de un incidente que conmocionó a Suecia y provocó reacciones en todos los niveles de la sociedad.
El fallecido, un aficionado visitante de 42 años, fue atacado sin mediar provocación por un grupo de personas que le rompieron una botella en la cabeza y le propinaron puñetazos y patadas al caer al suelo, según los relatos de los testigos.
El partido, de la jornada inaugural de la liga sueca, fue suspendido en la primera parte, cuando el resultado era 1-1 y los hinchas del equipo visitante habían saltado al campo al grito de “¡asesinos, asesinos!” tras conocer la noticia del crimen.
Durante los días siguientes hubo concentraciones en varias ciudades de Suecia contra la violencia en el fútbol.
Fue el segundo incidente mortal entre hinchadas en el fútbol sueco: el anterior ocurrió en 2002, cuando un aficionado del IFK Göteborg murió en una pelea en Estocolmo contra hinchas del AIK.
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