Se anuncia en los carteles una nueva final de la Copa del Rey entre el Athletic y el Barcelona y se adivina en el horizonte un nuevo desprecio al himno de España.
Hay antecedentes para corroborar ese pronóstico, que se produce en España, pero no en los países de nuestro entorno.
Un abucheo general a un símbolo del país, como es la música, que debería servir para conciliar y unir.
Numerosas voces, entre ellas la del presidente de la Liga, abogan por la suspensión de la final si se produce la bronca contra el himno, pero esta opción choca con el vacío legal.
Explica J. C. Carabias en 'ABC' que ningún reglamento o norma deportiva faculta al árbitro a aplazar el partido de fútbol por silbidos a un emblema del país. Todo lo contrario, le insta a apurar la ley para no hacerlo.
No se producirá con toda seguridad la imagen tan usual en Francia, Italia o Estados Unidos. Un estadio y sus deportistas, orgullosos de sí mismos con la mano en el pecho para entonar «La Marsellesa», el «Barras y Estrellas» o el «Fratelli d'Italia».
Ya se vio en Mestalla (2009) y en el Vicente Calderón (2012) lo que sucederá el próximo 30 de mayo en la sede que se designe (como siempre, no hay escenario fijo hasta que se contente a los protagonistas o a los receptores del encuentro).
Una bronca general a la presencia de los Reyes en el palco y el abucheo a las notas del himno español. Controversia asegurada desde que los dos adversarios, Athletic y Barcelona, llegaron a la final.
La Federación Española de Fútbol organiza el partido y el árbitro designado es la única autoridad con potestad para suspender la final si se producen los silbidos.
Sucede que en el reglamento general de la Federación y en las circulares reguladoras que ha publicado sobre este partido no existe ningún apartado en el que se especifique la posibilidad de anular la final por un abucheo al himno.
Puede contemplarse como incidentes del público, pero una vez cese el himno terminará la gresca, y no habrá otro impedimento para continuar. Y el reglamento federativo expone que el árbitro debe agotar todas las vías para evitar una suspensión. Un vacío legal que favorece a los alborotadores.
Cómo evitarlo
El presidente de la Liga, Javier Tebas, ha asegurado que trabajará «para intentar evitar que haya pitos al himno de España», aunque no especificó cómo lo hará. Reconoció que será difícil y se mostró «preocupado» por lo que pueda pasar.
Hace unas semanas en Canarias se producía un anticipo en la final de la Copa del Rey de baloncesto, disputada por el Barcelona y el Madrid. Pitos culés al himno.
La Comisión Antiviolencia advirtió a la ACB y a los clubes que es responsabilidad del organizador garantizar que los espectáculos no sean utilizados para difundir mensajes o simbología ajenas al deporte, y puedan incidir negativamente en el desarrollo de las competiciones. Aquella pitada no tuvo sanción.
La postura del Gobierno, a través del Consejo Superior de Deportes (CSD), consiste en apelar a los valores democráticos de nuestro país.
Sobre la posibilidad de que se pite al himno en la final de la Copa, Miguel Cardenal -presidente del CSD-, dice:
«Una persona que pita un himno, sea el que fuere, carece de los mínimos principios democráticos».
«Quien quiera reivindicar su ideología tiene otros espacios para hacerlo sin ofender a los demás, no en la final de la Copa del Rey».
FRANCIA
A raíz de incidentes sucedidos en varios campos de fútbol a finales del siglo XX, los legisladores franceses decidieron castigar las ofensas, injurias y ultraje al jefe del Estado y a los símbolos de la nación, el Estado.
Desde 2003, pintar y/o injuriar la bandera y el himno nacional en un campo de fútbol, por ejemplo, puede castigarse con 7.500 euros de multa y hasta seis meses de cárcel.
EEUU
El arraigado patriotismo del pueblo estadounidense hace impensable que se produzcan situaciones de silbidos o abucheos al himno nacional. Si ocurrieran, serían marginales y quedarían ahogados por el canto general del público. En Estados Unidos existe un detallado código de conducta para los actos públicos en los que se interpreta el himno de la nación.
En el caso de que la bandera esté presente, las personas asistentes «deben mirar la bandera y estar de pie atentamente con la mano derecha sobre el corazón y, si aplicable, los hombres deben quitarse la prenda que lleven en la cabeza con su mano derecha y sostenerla sobre su hombro izquierdo, con la mano sobre el corazón».
ITALIA
En los últimos tiempos pocas veces se ha silbado en Italia su himno nacional. Cuando se ha producido, ha sido como una forma de protesta contra la clase política. La última vez que ocurrió fue en el Estadio Olímpico de Roma, en mayo de 2014, en la final entre Nápoles y Fiorentina.
El himno fue cantado por el primer ministro Matteo Renzi, hincha del Fiorentina. Silbaron sobre todo los aficionados napolitanos, y también algunos florentinos. No se adoptó ninguna medida posterior
GRAN BRETAÑA
País raro para todo, el himno del Reino Unido es «God save the Queen», obra anónima registrada por primera vez en Londres en 1745. Pero no está reconocido legalmente como tal, es solo una tradición asentada. En los partidos de fútbol, el «Dios Salve a la Reina» es abucheado por hinchas galeses y escoceses cuando sus selecciones se enfrentan a la de Inglaterra.
Pero los pitos no suscitan gran polémica, porque se da la anomalía de que mientras Escocia y Gales tienen sus propios himnos que acompañan a sus selecciones deportivas, Inglaterra carece de uno específico y utiliza el «God Save de Queen», que es también el del conjunto de la Unión.
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