El fiscal general de Egipto, Hisham Barakat, ordenó hoy la comparecencia ante un tribunal de 16 personas acusadas de perpetrar acciones violentas en los aledaños de un estadio de fútbol en febrero pasado en El Cairo, que causaron la muerte a una veintena de aficionados.
La agencia oficial egipcia de noticias, Mena, informó de que parte de los implicados son miembros de la organización islamista Hermanos Musulmanes y el resto del grupo ultra del club Zamalek "White Knights".
Entre los acusados, doce se encuentran detenidos y los otros cuatro huidos, añadió la agencia.
Según las investigaciones efectuadas por la Fiscalía, "los Hermanos Musulmanes, en su empeño de destruir la estabilidad del país, aprovecharon los lazos de algunos de sus miembros con el grupo ultra del Zamalek, y les suministraron dinero y explosivos para causar actos de violencia durante los partidos de la liga".
Asimismo, la Fiscalía dijo que el objetivo de ello era propagar el pánico entre la gente y suspender la actividad futbolística.
La agencia indicó que los acusados admitieron que participaron en esos delitos, que además planearon y financiaron.
También, algunos miembros del "White Knights" reconocieron que que recibieron fondos de algunos miembros de la cofradía para perpetrar acciones de violencia durante el partido.
Por ello, la Fiscalía los acusa de cometer actos violentos, asesinatos premeditados, ataques a edificios e instalaciones públicas y privadas, y tenencia de explosivos.
Los sucesos tuvieron lugar durante un partido de la Primera División entre los equipos locales Zamalek y el ENPPI, en El Cairo.
Según el Ministerio de Interior, la policía tuvo que intervenir para evitar daños en la propiedad pública después de que hinchas de ambos equipos quemaran vehículos oficiales e intentaran irrumpir en el estadio por la fuerza sin tener entradas, limitadas solo a 10.000 personas.
Por su parte, los "White Knights" denunciaron que las autoridades rodearon con alambradas los accesos al estadio y lanzaron gases lacrimógenos causando desmayos y síntomas de asfixia entre los aficionados.
El pasado 25 de febrero, el Gobierno egipcio aprobó la reanudación de la liga de fútbol, aunque sin público, que había sido suspendida tras esos acontecimientos.
En otras ocasiones se han registrado disturbios antes y durante partidos de fútbol, pero estos han sido los más graves desde que el 1 de febrero de 2012 74 personas perdieran la vida y 254 resultaran heridas en choques en el estadio de Port Said entre los seguidores del club local y del Al Ahly.
Esos sucesos sin precedentes en Egipto llevaron a las autoridades a prohibir la entrada de público a los estadios, aunque en los últimos meses se había levantado parcialmente esa medida.
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