En todos los campos, hay aficionados que no saben perder. Y el Carranza no es ninguna excepción. Transcurría el minuto 85 de partido y el equipo gaditano cercaba la portería de Ramiro en busca del segundo gol que les abriría la puerta a la prórroga y a seguir soñando media hora más con el ascenso a Segunda. Justamente cuando peor lo pasaba el Bilbao Athletic, surgió un contrataque fulgurante y Salinas daba con su gol la puntilla a los amarillos. La reacción de parte de la hinchada andaluza no se hizo esperar. De inmediato, surgieron botellas de todas partes dirigidas a los cachorros.
Por fortuna, nadie resultó herido, aunque una de las botellas alcanzó a Unai Bilbao, que permaneció en el suelo mientras sus compañeros trataban de resguardarse de la lluvia de los vidrios. En ese momento, el árbitro decidía pitar el final del partido para evitar que la tensa situación pasara a mayores. Con el empate que daba el ascenso a Segunda en el bolsillo, la plantilla del Bilbao Athletic celebró por todo lo alto su gesta en el césped del Carranza sin mayores problemas.
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